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domingo, 4 de diciembre de 2011

sobre las notas

las notas de sociologia e historia de las ideas politicas, estarán disponibles hasta lunes 12 diciembre, por este medio o en cartelera del Dpto de filosofía

domingo, 20 de noviembre de 2011

para prueba evaluativa final de Historia de las Ideas Políticas


Resumen de Exposiciones – para prueba evaluativa final de Historia de las Ideas Políticas

Guía de Preguntas:
La siguiente guía es solamente una brújula para orientar el análisis político a la luz de los principales aportes políticos, económicos, su aplicabilidad y consecuencias del desarrollo de los mismos
·         Los Principales aportes de cada uno de los Filósofos contemporáneos en el campo de la teoría política
·         Análisis de la consecuencias de sus ideas en la teoría política mundial
·         Validez de sus pensamientos en la política actual de nuestro país – viabilidad - justificar razones y motivos
·         Conceptos devenidos importantes de los autores: liberalismo, Utilitarismo, Marxismo, El laissez faire, Maoísmo, Pacifismo-jainismo, Felicidad, libertad, Neolibelarismo, Anarquismo-acracia, Post Washington Concensus, http://cdi.mecon.gov.ar/biblio/docelec/az1153.pdf.

La característica fundamental del siglo XIX (1801–1900) son sus fuertes cambios. Cambios anunciados y gestados en el pasado pero que se efectuarían. Cambios en todos los ámbitos de la vida y el conocimiento. Revoluciones de todas las índoles tendrían su lugar. La ciencia y la economía se retroalimentarían, el término "científico", acuñado en 1833 por William Whewell, sería parte fundamental del lenguaje de la época; la economía sufriría dos fuertes revoluciones industriales, la primera acaecida entre 1750 y 1840, y la segunda entre1880 y 1914. En política, las nuevas ideas del anterior siglo sentarían las bases para las revoluciones burguesas, revoluciones que se explayarían por el mundo mediante el imperialismo y buscaría alianza con el movimiento obrero al que, para evitar su triunfo, le cederían el sufragio universal; en filosofía, surgirían los principios de la mayor parte de las corrientes de pensamiento contemporáneas, corrientes como el idealismo absoluto, el materialismo dialéctico, el nihilismo y el nacionalismo; el arte demoraría en iniciar el proceso de vanguardización pero quedaría cimentado en movimientos como el impresionismo A fines del Siglo XIX, el 98% de la población europea sabía leer, escribir, nadar y andar en bicicleta.

El siglo XX se inició en el año 1901 y terminó en el año 2000. Fue el último siglo del II milenio. Se caracterizó por los avances de la tecnología; medicina y ciencia en general; fin de la esclavitud en los llamados países desarrollados; liberación de la mujer en la mayor parte de los países; pero también por crisis y despotismos humanos, que causaron efectos tales como las Guerras Mundiales; el genocidio y el etnocidio, las políticas de exclusión social y la generalización del desempleo y de la pobreza. Como consecuencia, se profundizaron las desigualdades en cuanto al desarrollo social, económico y tecnológico y en cuanto a la distribución de la riqueza entre los países, y las grandes diferencias en la calidad de vida de los habitantes de las distintas regiones del mundo. En los últimos años del siglo, especialmente a partir de 1989-1991 con el derrumbe de los regímenes colectivistas de Europa, comenzó el fenómeno llamado globalización o mundialización.

1
Adam Smith
5 de junio de 1723 – 17 de julio de 1790
67
2
John Stuart Mill
20 de mayo de 1806 -8 de mayo de 1873
67
3
Mijaíl Bakunin
30 de mayo de 1814 - 1 de julio de 1876
62
4
Carlos Marx
5 de mayo de 1818-14 de marzo de 1883)
65
5
John Maynard Keynes
5 de junio de 1883 – 21 de abril de 1946
63
6
Antonio Gramsci
1891-1947
56
7
MOHANDAS KARAMCHAND GANDHI
2 de octubre de 1869-30 de enero de 1948
79
8
Mao Tse Tung
26 de diciembre de 1893-9 septiembre de 1976
83
9
Robert Nozick
6         de noviembre de 1938-el 22 de enero de 2002
64
1.       Adam Smith

Vino al mundo en Kirkcaldy, pequeño pueblo escocés de pescadores, cercano a Edimburgo, en un día primaveral de fecha desconocida del año 1723 y fue bautizado el 5 de junio del mismo año. Hijo único del segundo matrimonio de Adam Smith, inspector de aduanas, y de Margaret Douglas, quedó huérfano de padre a los tres meses bajo la tutela de su madre, hija de un rico propietario de la comarca, a quien siempre permaneció muy unido.

A los cuatro años vivió lo que parece haber sido la única aventura de su vida: fue raptado por unos gitanos. Tras una desesperada búsqueda por parte de la familia, el niño fue hallado en un bosque en el que había sido abandonado por sus raptores. Luego, sin trauma alguno, continuó siendo un niño bueno, aunque débil y enfermizo, de carácter dulce, prodigiosa memoria y amor al estudio, excelente alumno de la escuela elemental de Kirkcaldy.

A los catorce años abandonó su pueblo natal para ingresar en la Universidad de Glasgow. En este centro se apasionó por las matemáticas y recibió la influencia de Francis Autcheson, afamado profesor de filosofía moral y hombre de fuerte personalidad, cuyas ideas económicas y filosóficas fueron decisivas en la formación de Smith, aunque sólo fuese por su posterior y profunda discrepancia respecto de ellas. Tres años después se graduaba, obteniendo una beca para estudiar en el Balliol College de Oxford. A los veintitrés años de edad concluyó brillantemente los estudios haciendo gala de un profundo dominio de la filosofía clásica y de la de la época. A continuación regresó a Kirkcaldy con su madre para empezar a buscar trabajo.
En 1748, gracias a un amigo de su familia, el filósofo y jurista lord Henry Kames, se le presentó la oportunidad de dar una serie de conferencias en Edimburgo. Lejos de desaprovecharla, durante los dos años siguientes disertó sobre diferentes temas, desde la retórica a la economía y la historia, y se dio a conocer con éxito como escritor con la publicación de algún artículo en la Edimburgh Review. En esta época conoció al filósofo David Hume, quien se convertiría en su amigo más íntimo.

En 1763 recibió una nueva oferta de trabajo que le había de resultar mucho más lucrativa que cualquiera de las tareas que había realizado hasta el momento: preceptor del joven duque de Buccleuch. Renunció a la docencia y en 1764 partió hacia Francia en compañía de su pupilo. En Toulouse pasaron dieciocho meses, en cuyo transcurso Smith combatió el aburrimiento provinciano con la redacción de una nueva obra.
En 1767 el repentino fallecimiento del hermano menor del duque de Buccleuch, que se había reunido con ellos en Toulouse, les obligó a un precipitado regreso a Londres.

En la primavera de ese mismo año, Smith se instaló en Kirkcaldy, donde, sin perder contacto con sus amigos de Glasgow, se entregó en cuerpo y alma a la redacción de la obra comenzada en Toulouse, An Inquiry into the Nature of the Wealth of Nations (Ensayo sobre la riqueza de las naciones), que lo ocuparía aún seis años y publicó finalmente en Londres en 1776.

La obra, síntesis original de gran número de elementos preexistentes en el pensamiento económico anterior, fue pionera en muchos campos y pronto se convirtió en su trabajo más difundido. Representaba el primer gran trabajo de economía política clásica y liberal. En ella se aplicaban a la economía, por vez primera, los principios de investigación científica, en un intento de construir una ciencia independiente. Continuación del tema iniciado en su obra filosófica y en base a la misma, mostraba cómo el juego espontáneo del egoísmo humano bastaría para aumentar la riqueza de las naciones, si los gobiernos dejasen hacer y no interviniesen con medidas reflexivas.
El libro alcanzó de inmediato un éxito extraordinario, y a partir de entonces, como si hubiera puesto punto final a una obra casi perfecta, en 1778 se retiró a Edimburgo, de donde apenas salía, salvo para algún viaje ocasional a Londres o a Glasgow, sus únicos contactos con el mundo. Llevaba una vida plácida y tranquila mientras revisaba y corregía sus dos obras capitales. En 1784 la pérdida de su madre, de noventa años de edad, le resultó un golpe tan duro que su propia salud comenzó a declinar, de tal manera que cuando tres años más tarde fue nombrado rector de la Universidad de Glasgow, ni siquiera pudo pronunciar el discurso de apertura.

En lo sucesivo su vida transcurrió en una soledad asistida por la enfermedad y, pese a ser objeto de honores y del reconocimiento general, no fue más que una larga espera del fin inexorable. El 17 de julio de 1790, a los setenta y siete años de edad, fallecía en Edimburgo, en cuyo cementerio de Canongate fue enterrado.
Pensamiento:
El primer libro de Adam Smith, “The Theory of Moral Sentiment” (Teoría de los sentimientos morales), su obra maestra desde el punto de vista filosófico, se publicó en 1759. En ella exponía los principios de la naturaleza humana que guiaban el comportamiento social del hombre, y hablaba por vez primera de «la mano invisible» que sin saberlo y sin proponérselo orientaba el egoísmo humano hacia el bien de la sociedad.
“Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones” (título original en inglés:  An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations), o sencillamente La riqueza de las naciones, es la obra más célebre de Adam Smith. Publicado en 1776, es considerado el primer libro moderno de economía.
Smith expone su análisis sobre el origen de la prosperidad de países como Inglaterra o los Países Bajos. Desarrolla teorías económicas sobre la división del trabajo, el mercado, la moneda, la naturaleza de la riqueza, el precio de las mercancías en trabajo, los salarios, los beneficios y la acumulación del capital. Examina diferentes sistemas de economía política, en particular, el mercantilismo y la fisiocracia; asimismo, desarrolla la idea de un orden natural. Este «sistema de libertad natural», como lo llama Smith, es el resultado del libre ejercicio del interés individual que beneficia exitosamente —sin proponérselo— al bien común en la solución de problemas y satisfacción de necesidades por medio de la libre empresa, de la libre competencia y del libre comercio.
La riqueza de las naciones es hoy una de las obras más importantes de la disciplina económica y, para Amartya Sen, «el libro más grande jamás escrito sobre la vida económica».[1] Se trata del documento fundador de la economía clásica y, sin duda, del liberalismo económico.
Adam Smith empezó la redacción de La riqueza de las naciones en 1764, mientras era tutor del joven Duque de Buccleugh, cargo por el que fue retribuido generosamente con una pensión vitalicia. Con ocasión de un «Grand Tour», un largo viaje por Europa con su alumno, pasó dieciocho meses en Toulouse, invitado por el abad Seignelay Colbért. Smith hablaba poco francés y la mayoría de los escritores y filósofos que esperaba encontrar en Toulouse no se encontraban en la ciudad, por lo que pronto se aburrió.[1] En una carta dirigida a David Hume, Smith anunciaba que había «empezado a redactar un libro con tal de pasar el tiempo».[2] Smith había trabajado en ese proyecto desde que era profesor de economía política y de otras materias en la Universidad de Glasgow,[3] y había aludido a él en la conclusión del primer libro de la Teoría de los sentimientos morales, la obra de filosofía moral que lo dio a conocer.
Aunque Smith es conocido en la actualidad como un importante economista, él se consideraba, a pesar de todo, profesor de filosofía moral, asignatura que había enseñado en Glasgow. Así, “La riqueza de las naciones”  no trata solamente de economía (en el sentido moderno), sino también de economía política, de derecho, de moral, de psicología, de política, de historia, amén de la interacción y la interdependencia entre todas estas disciplinas. La obra, centrada en la noción del interés personal, forma un conjunto con la “Teoría de los sentimientos morales, donde había explicado la simpatía inherente a la naturaleza humana. El conjunto debía ser completado por un libro sobre la jurisprudencia que Smith no pudo acabar e hizo quemar a su muerte.
La problemática de “La riqueza de las naciones” es doble: por un lado, explicar por qué una sociedad movida por el interés personal puede subsistir; por el otro, describir cómo apareció y cómo funciona el sistema de libertad natural.
En este sentido, Smith utilizó sistemáticamente los datos empíricos (ejemplos y estadísticas) para validar los principios que expuso, una «avidez de hechos» (el índice tiene 63 páginas)[6] que fue criticada por algunos de sus sucesores tras la «revolución ricardiana». Así, Nassau William Senior deploró «la importancia exagerada que numerosos economistas conceden a captar datos». Los razonamientos abstractos se mantienen en un mínimo estricto y, para Jacob Viner, Smith «dudaba sobremanera que la abstracción pudiera aportar la comprensión del mundo real o guiar ella sola al legislador o el hombre de Estado».
Si bien utilizó un tono decididamente optimista respecto del crecimiento económico, advirtió también del riesgo de alienación que puede suscitar la división del trabajo.
     “La riqueza de las naciones”  está compuesta por cinco libros, cuyos temas son:[]
Causas que han perfeccionado las facultades productivas del trabajo y del orden, según las cuales los productos se distribuyen naturalmente entre las diferentes clases sociales (sobre la naturaleza humana, el trabajo y «la habilidad, la destreza y la inteligencia que ha aportado»);[13]
De la naturaleza de los fondos o capitales, de su acumulación y su uso (descripción de los negociantes y del capital); de la diferente marcha y del progreso de la opulencia en diferentes naciones (historia del desarrollo económico y política económica); Sistemas de economía política (en particular, el sistema del comercio internacional); de los ingresos del soberano o de la comunidad (ingresos, gastos y objetivos de gobierno).
Smith parte de la constatación de que:
El trabajo anual de un país es aquel fondo que en principio proporciona todas las cosas necesarias y convenientes para la vida y que anualmente consume el país; y estas cosas son siempre o el producto inmediato de este trabajo, o compradas a otros países con este producto.
La división del trabajo por sí misma no proviene de la sabiduría humana o de un plan preestablecido, sino que es la consecuencia «de una cierta tendencia natural de todos los hombres [...] que los lleva a traficar, a hacer intercambios y cambiar una cosa por otra».[9] La motivación de esta tendencia al intercambio no es la benevolencia, sino el interés personal, es decir, el deseo de mejorar su propia condición:
Pero el hombre necesita casi constantemente la ayuda de sus semejantes, y es inútil pensar que lo atenderían solamente por benevolencia. [...] No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero, la que nos lleva a procurarnos nuestra comida, sino el cuidado que prestan a sus intereses. Nosotros no nos dirigimos a su humanidad, sino a su egoísmo; y no les hablamos de nuestras necesidades, siempre de su provecho. [...] La mayor parte de estas necesidades por el momento se satisfacen, como las de los otros hombres, por trato, por intercambio y por compra.[]
Smith concluye igualmente que los humanos son los únicos de estos que se dan cuenta de que tienen todo por ganar participando voluntariamente en un sistema económico donde cada uno trabaje para obtener los bienes que satisfagan a todos:[11] el interés personal no es su única motivación, ya que si así fuera, toda negociación sería imposible. Queda claro, por tanto, que un hombre es también capaz de comprender el interés personal de su compañero (un ejemplo de simpatía) y de llegar a un intercambio mutuamente beneficioso.[]
Si el interés personal tiene un lugar importante en “La riqueza de las naciones” es porque no está considerado como el único aspecto económico de la relación del hombre en la sociedad. “La Teoría de los sentimientos morales”  ofrece una perspectiva bastante más amplia y presenta una teoría de la relación social que no es reproducida en “La riqueza de las naciones”;  demuestra que la visión de Smith no se reduce a la de un “Homo œconomicus. No obstante, la contradicción aparente entre las dos principales obras de Smith, ha dado origen a un «problema Adam Smith» en la literatura económica,[13] hoy caduco.[14]
Smith mostró a continuación que una cierta acumulación de capital es necesaria para la puesta en marcha de la división del trabajo y que el único límite para esta es la dimensión del mercado. Esta proposición ha sido considerada como «una de las más brillantes generalizaciones que se pueden encontrar en toda la literatura económica».[15] El progreso viene así de la división acelerada del trabajo, que proviene de una inclinación natural del hombre. El intercambio, natural y espontáneo, se inscribe en el «sistema de libertad natural» subyacente en toda la obra.
Smith también era consciente de los efectos adversos de una mayor división del trabajo:
Un hombre que pasa toda su vida para completar unas pocas operaciones simples cuyos efectos son siempre los mismos, o casi, no tiene tiempo para desarrollar su inteligencia ni ejercer su imaginación para buscar los medios para resolver aquellas dificultades que nunca se terminan de localizar; pierde pues naturalmente el hábito de desplegar o de ejercer sus facultades y se vuelve, en general, tan estúpido e ignorante como se pueda convertir una criatura humana; el aletargamiento de sus facultades morales lo hace incapaz de apreciar ninguna conversación razonable ni de tomar parte en ellas, hasta le impide sentir alguna pasión noble, generosa o tierna y, en consecuencia, formar algún juicio mínimamente justo sobre la mayoría de los deberes más ordinarios de su vida privada
[]
El individuo se vuelve entonces incapaz de formar un juicio moral, tal y como se describe en la “Teoría de los sentimientos morales”. Para prevenir esta situación, Smith recomienda una intervención gubernamental que se haga cargo de la educación de la población.
    
Una vez establecida la división, cada miembro de la sociedad debe poder recurrir al resto para proveerse de aquello que necesite; es pues necesario tener un medio de cambio, la moneda. La posibilidad de intercambiar bienes o pagar en moneda por ellos hace aparecer la noción de valor. El valor tiene dos significados: el valor de uso, o utilidad, y el valor de cambio. Smith se centra sobre todo en el segundo (plantea, pero no resuelve, la paradoja del valor sobre el primero). ¿Cómo medirlo? ¿Cuál es el factor que determina la cantidad de un bien a la hora de intercambiarlo por otro? Para él, «es del trabajo de los demás del que cabe esperar la parte más grande de todos estos bienes; así, será rico o pobre, según la cantidad de trabajo que podrá pedir o que estará en capacidad de comprar. [...] El trabajo es pues la medida efectiva del valor intercambiable de toda mercancía».[17]
«Las cantidades iguales de trabajo deben ser, en cualquier tiempo y cualquier lugar, de un valor igual para el trabajador. [...] Así, el trabajo, no variante nunca de su propio valor, es la única medida real y definitiva que puede servir, en cualquier tiempo y en cualquier lugar, para valorar y comparar el valor de todas las mercancías. Es su precio real; el dinero no es más que su precio nominal».[18]
 El sistema bancario resultante sería «una especie de gran carretera aérea, donando al país la facilidad para convertir una gran parte de sus grandes carreteras en buenos pastizales y en buenas tierras para el trigo».[]
En una economía primitiva se puede considerar que la cantidad de trabajo utilizada para producir un bien es el único elemento que determina su valor de cambio. En las economías avanzadas la formación de los precios es más compleja porque involucra tres elementos: el salario, el beneficio y la renta (predial o de arrendamiento), que constituyen la remuneración de los tres factores de producción: el trabajo, el capital, y la tierra. Smith distingue igualmente tres sectores de actividad: la agricultura, la industria, y el comercio.
El salario es la compensación directa del trabajo, es decir, el alquiler de la capacidad productiva del trabajador. El beneficio sobreviene cuando el stock de valor o de capital, acumulado por una persona, es empleado para poner a otras personas a trabajar, facilitándoles herramientas de trabajo, materias primas y un salario con el fin de alcanzar un beneficio (esperado y no garantizado) mediante la venta de aquello que producen. La ganancia sería, de acuerdo con Smith, la recompensa de un riesgo y de un esfuerzo. La renta predial aparece desde que el territorio de un país se encuentra repartido en manos privadas: «a los propietarios, como todos los demás hombres, les gusta recoger donde no han sembrado, y demandan una renta, incluso por el producto natural de la tierra».[ ]Esta es pagada por los agricultores a los propietarios en contrapartida por el derecho a explotar la tierra, que es un recurso escaso y productivo. No requiere ningún esfuerzo por parte de los propietarios
     En algunos casos, sin embargo, se puede haber concedido un monopolio a un individuo o compañía. Como este no está sujeto a la competencia, el monopolista puede vender constantemente por encima del precio natural y entonces obtener un beneficio superior a la tasa natural. En las palabras de Smith:
"El precio de un monopolio es en cada ocasión el más alto que se puede conseguir. El precio natural, o el precio de la libre competencia, por el contrario, es el más bajo que se puede tomar, no de hecho en cada ocasión pero sobre un tiempo considerable. El uno es en cada ocasión el más alto que se puede exprimir de los compradores, o el que, se supone, van a consentir dar: el otro es el más bajo que los vendedores generalmente pueden permitirse aceptar, y al mismo tiempo continuar sus negocios.".[]
La parte de cada uno de los tres elementos de un precio varía según las circunstancias. El nivel de los salarios viene determinado por el enfrentamiento de intereses de los trabajadores y los empresarios:
Los obreros desean ganar el máximo posible, los dueños, dar el mínimo; los primeros están dispuestos a llegar a un acuerdo para elevar los salarios, los segundos para bajarlos.
Pero el Estado (la «policía de Europa»)[23] es capaz de causar desigualdades muy grandes: restringiendo la competencia o provocándola más allá de su nivel natural, o bien, oponiéndose a la libre circulación del trabajo y de los capitales entre diferentes usos y lugares. Con respecto a la restricción de la competencia, Smith ataca particularmente al corporativismo, que permite enriquecerse a los empresarios y a los comerciantes con base en la acumulación de privilegios y restricciones. En definitiva, dependen de los propietarios, de los agricultores y el resto de trabajadores del campo. Pone en guardia particularmente contra los riesgos de colusión: «Ya es bien extraño que gente del mismo oficio se encuentre reunida, con tal de disfrutar o de distraerse, sin que la conversación acabe con alguna conspiración contra el público, o para hacer cualquier maquinación para elevar los precios».[]
    
“La riqueza de las naciones”  presenta un modelo de desarrollo económico en cuatro etapas, caracterizadas por su modo de subsistencia:
los pueblos cazadores, los pueblos pastores, las naciones agrícolas o feudales,las naciones comerciantes.
La organización social se desarrolla en cada época y permite a su vez un desarrollo económico renovado. Permite también un aumentado refinamiento en el arte de la guerra. Con los cazadores y los pastores, toda la tribu puede ir a la guerra; en las naciones agrícolas o feudales una parte de la población tiene que quedarse para cultivar la tierra (en la época romana, los soldados retornaban para hacer la cosecha y posteriormente sólo los granjeros se quedaban para alimentar al conjunto de la población).[] En una sociedad civilizada, «los soldados eran mantenidos completamente por el trabajo de los que no eran soldados, el número de los primeros no puede ser superior de los que están en situación de mantenerlos».[]
Las instituciones se desarrollan en cada nueva etapa, sobre todo a consecuencia de la aparición de los derechos de propiedad, que tienen que ser defendidos. La tercera etapa establece un lugar de intercambio mutuamente beneficioso entre las ciudades y el campo, que prefigura el beneficio del comercio internacional, Smith admite sin embargo que los beneficios son repartidos de forma desigual.[ ]El sistema de libertad natural corresponde a las instituciones necesarias para la cuarta etapa.
Karl Marx utiliza un modelo similar, aunque con algunas particularidades, en El capital, donde las etapas corresponden a modos de producción
    
Critica:
Las tesis de Smith sobre las ganancias mutuas generadas por el comercio internacional fueron retomadas y extendidas por David Ricardo en Los “principios de la economía política y tributación” (1817). Más adelante, los críticos de Smith insistieron en el idealismo de sus hipótesis, y favorecen las soluciones proteccionistas «adaptadas al mundo real». En 1791, en su Informe sobre las manufacturas, Alexander Hamilton recomienda a los Estados Unidos que no se especialicen en la agricultura, sino que establezcan barreras aduaneras con el fin de permitir el desarrollo de una industria nacional que pudiese competir con las europeos. Friedrich List expuso este método en 1827 y después lo generaliza en 1841 con “Sistema nacional de economía política”, y John Stuart Mill realizó una doctrina económica rigurosa en “Principios de economía política”. (1848).
Las críticas de los autores socialistas del siglo XIX culminaron en el tomo II de “El capital, de Karl Marx. Según él, las contradicciones cíclicas inevitables del capital, comportan una superabundancia de trabajadores en el mercado de trabajo, lo que lleva sistemáticamente su salario a los ingresos de subsistencia. De la misma manera que Smith bautizó al «sistema mercantil» para denunciarlo, Marx bautiza y condena el «sistema capitalista».

2. JOHN STUART MILL
(Londres, 20 de mayo de 1806  Aviñón, Francia, 8 de mayo de 1873
John Stuart Mill es un ejemplo claro de eso que desde Lytton Strachey se llaman “victorianos eminentes”, es decir, de ese tipo de gentes que en el siglo 19 combinaron un individualismo acendrado con la no menos profunda convicción de que el hecho de formar parte de una elite cultural no sólo no les otorgaba derechos sino que era fuente de obligaciones y de cargas sociales. Nació en Londres el 20 de mayo de 1806 y era el mayor en una familia de nueve hermanos. Su padre, James Mill, puede ser considerado un precursor del utilitarismo. De origen escocés fue economista, filósofo y discípulo de Bentham y Ricardo trabajaba en la Compañía de las Indias Orientales, cuya historia escribió. Como su amigo Bentham, y siguiendo al ilustrado Helvetius, estaba persuadido de que la educación lo puede todo en la formación del carácter y se propuso demostrarlo con su hijo, al que convirtió en una especie de “máquina de razonar”, imponiéndole una disciplina atroz. El pequeño aprendió griego a los tres años y con ocho había leído al menos fragmentos de Herodoto, Jenofonte y Platón, con el que mantuvo un diálogo fecundo en toda su obra aunque no deja de confesar que no comprendió el Teeteto la primera vez que su padre se lo dio a leer.
Conocía perfectamente el latín y se lo enseñó a sus hermanos, pero en la infancia de John Stuart Mill no hubo ni juegos, ni juguetes, ni vacaciones. Como mucho, su padre le sacaba a pasear... para que le resumiese sus lecturas del día anterior y le oyese disertar sobre economía y política. Por las tardes recibía clases de aritmética. Con doce años estudió a Aristóteles y a Hobbes, escribió una HISTORIA DEL GOBIERNO DE ROMA e incluso un libro en verso que pretendía ser la continuación de la Iliada. A los trece leyó a Ricardo y con catorce viajó a París (donde fue recibido por el economista Jean-Baptiste Say). Permaneció en Francia estudiando un par de años y eso le permitió conocer Avignon, la ciudad que jugará un importante papel en su vida. En 1822 Mill funda la Utilitarian Society y comienza a escribir artículos defendiendo la doctrina elaborada por su padre y por Bentham. En 1823 entró a trabajar en la East India Company, como “Examiner” (una especie de interventor general) llegando a ser uno de sus principales directivos en 1856. Cuando la Compañía se disolvió en 1858 obtuvo una confortable pensión vitalicia que le permitió establecerse cerca de Avignon, pasando sólo una parte del año en Gran Bretaña.
En apariencia, Mill era la demostración del éxito del programa conductista de educación urdido por su padre y por Bentham. Pero el cansancio intelectual costó a Mill una crisis moral tremendamente grave a los veinte años (1826-1828), que narra detalladamente en su AUTOBIOGRAFÍA. La depresión le llevó a leer poesía, especialmente a Wordsworth y, ciertamente, sacudió su vida de máquina de razonar andante para abrirle a una comprensión más cualitativa de la realidad. Comprendió entonces el valor del sentimiento y de la poesía de manera que su utilitarismo se hizo más amplio que el de Bentham (puramente cuantitativo). Por decirlo rápido, se alejó de la doctrina de su padre en lo formal pero no en el fondo. Simplemente profundizó en el significado de la diferencia entre “felicidad” y “satisfacción”.
Él mismo glosó esta distinción en un texto central (el capítulo II de UTILITARISMO) donde asume que: «Es indiscutible que los seres cuya capacidad de gozar es baja tienen mayores posibilidades de satisfacerla totalmente; y un ser dotado superiormente siempre sentirá que, tal como está constituido el mundo, toda la felicidad a que puede aspirar será imperfecta. Pero puede aprender a soportar sus imperfecciones si son de algún modo soportables»... Dejando aparte lo que de autobiográfico tiene la reflexión, es obvio que de su crisis nerviosa Mill sacó  consecuencias muy claras acerca de la significación de la utilidad en el nivel cualitativo, que defendió de manera consecuente en toda su obra.
En 1830 se enamoró de Harriet Taylor, con una pasión exaltada. Pero él era un hombre respetable y ella una mujer casada; de manera que, aunque mantuvieran unas relaciones básicamente intelectuales, que todo el mundo conocía, la pareja esperó a la muerte del marido para poder casarse, finalmente, en 1851. Hay una gran diversidad de opiniones sobre el papel que Harriet jugó en la obra de Mill. Sus contemporáneos no la tenían en gran estima ni como persona, ni intelectualmente, pero Mill la consideraba su fuente de inspiración y, ciertamente, de ella surge una gran parte de la reflexión socialista de Mill. La dedicatoria de ON LIBERTY es lo suficientemente clara como para ahorrar interpretaciones. Cuando murió en 1858 la hizo enterrar en Avignon y él se instaló, con su hijastra, en una casita en Saint Véran desde donde podía ver el cementerio.
En 1861, publicó UTILITARISMO, texto en que estudia el tema de la felicidad, y en 1865 fue elegido parlamentario aunque no consiguió la reelección, pero presentó una propuesta a favor del sufragio femenino –que fue derrotada. Desde 1868 permaneció en Saint Véran dedicado a la lectura, la escritura y la botánica. Allí falleció el 7 de mayo de 1873 y sus últimas palabras parece que fueron: “Sabéis que he cumplido con mi tarea”. Dejó inédito su libro SOBRE LA UTILIDAD DE LA RELIGIÓN. Fue enterrado en Avignon cabe a su esposa.
Mill toma el empirismo de Hume, el utilitarismo de Bentham, el asociacionismo psicológico de su padre, la teoría de la sociedad industrial de Saint-Simon y Comte. La idea de una irresistible marcha de la historia hacia la democracia y el riesgo de tiranía de la mayoría proviene de Tocqueville. Sin embargo, la síntesis de esos materiales es profundamente original. Mill es un utilitarista, pero su obra no se limita a reproducir el esquema individualista y el atomismo sociológico empirista. El utilitarismo es la teoría que convierte a la utilidad (entendida como felicidad o bienestar) en el único criterio de felicidad. Se trata de orientar la acción a lograr “la mayor felicidad para el mayor número”. Y por “felicidad” se entiende el placer y la ausencia de dolor, mientras que la “infelicidad” es el dolor y la privación del placer.
John Stuart Mill es sin duda uno de los filósofos utilitaristas más importantes, y centra su pensamiento ético en la búsqueda de la Felicidad y el análisis de la Libertad.
 Mill, considera que una acción es correcta cuando proporciona el mayor bien posible a la mayor cantidad de personas; por ello, para decidir si una acción es correcta debe calcular la cantidad de bien o mal generada por una acción y, en función de este hecho, decidir. Lo que tiene valor es el valor del bienestar en la vida de los individuos. Los intereses de todos los ciudadanos tienen exactamente el mismo peso, y por eso, la Felicidad se consigue mejor cuando la sociedad deja libres a los ciudadanos para perseguir lo que ellos pretenden como Felicidad.
La Felicidad es la única finalidad suprema para el ser humano, y John Stuart Mill lo justifica considerando que la única evidencia para afirmar que algo es deseable es que la gente la desea. La gente desea ser feliz y persigue la Felicidad como auténtico objetivo de su vida. Todo lo que deseamos lo hacemos sobre la consideración de que nos proporciona placer (lo que, a veces, no conseguimos) Hay que distinguir entre lo que deseamos, ya que nos hace felices, de lo que deseamos para poder llegar a ser felices. Las virtudes deben ser consideradas como parte de lo que llamamos Felicidad, son el camino hacia la Felicidad, ya que podemos llegar a un mayor nivel de la comprensión de la Felicidad a través del conocimiento y la experiencia.
Placer y Felicidad
Así, John Stuart Mill considera que sólo el placer es deseable en sí mismo, y que las acciones serán consideradas correctas o incorrectas en función de si proporcionan la Felicidad de los interesados o no. Cabe señalar que considera la Felicidad como la  búsqueda del placer y la huida del dolor. No todos los placeres tienen el mismo valor, ya que hay placeres superiores y placeres inferiores, y nuestras acciones deben dar preferencia a los placeres superiores. Aquí vemos una clara influencia del pensamiento de Epicuro y de Aristóteles. Los placeres superiores son los que llevan al desarrollo moral propio del ser humano: el conocimiento, y el trabajo intelectual. Por eso afirmará: "Es mejor ser una criatura humana insatisfecha que un cerdo satisfecho, y es mejor ser Sócrates insatisfecho que un loco satisfecho".
La Libertad: John Stuart Mill es uno de los teóricos más importantes en el ámbito del estudio de la Libertad Humana, analizando, sobre todo, cómo los poderes públicos ponen en peligro el concepto y la práctica de la libertad. Habría que matizar que John Stuart Mill nos habla de la libertad política y no del libre albedrío. No hace una reflexión metafísica sobre la libertad, sino que nos habla de la libertad social o civil.
Los ámbitos público y privado
Existen dos ámbitos de la vida de los ciudadanos: la vida privada y la vida pública. Los seres humanos, dentro del ámbito de la vida privada, eligen aquellos elementos que consideran fundamentales para la buena vida, siguen los principios religiosos que consideran más adecuados y tienen las opiniones que quieren, y el Estado no debe intervenir en estos asuntos de la vida privada. Ahora bien, muchos de nuestros actos afectan a otras personas, y, por tanto no pueden circunscribirse en el ámbito de la vida privada de la persona. Es, sólo en estas circunstancias, en las que el Estado puede intervenir.
Necesidad del control del poder del Estado
Hay que controlar los Poderes del Estado, y colocarlos, sólo en el ámbito de la vida pública. John Stuart Mill valora como un bien precioso la libertad en el ámbito privado: la libertad de pensamiento, la libertad de expresión son elementos de la máxima importancia en su pensamiento. El Estado puede intervenir, y puede castigar a alguien que haya cometido una infracción que perjudique a otras personas, pero siempre teniendo presente que el Estado nunca podrá legislar o intervenir en el ámbito privado.
Pensamiento económico de John Stuart Mill
En términos económicos, John Stuart Mill es considerado como el último gran economista clásico. Con su muerte termina una tradición cuyos principales exponentes son -además de Mill- Adam Smith, Thomas Malthus y David Ricardo.
El laissez faire
Uno de los principales libros de Mill es Sobre la libertad, el cual se transformó en una fuente del Liberalismo, y es donde expone el principio absoluto que debería gobernar las relaciones entre la Sociedad y sus miembros. Este principio consiste en la no intervención de la autoridad, ya que las personas son soberanas en sus Acciones. Como ejemplo, Mill señaló que el Estado no puede impedir a una persona que pase por un puente en malas condiciones en consideración de su propio Bien. Sólo podrá aconsejar, advertir o incluso suplicar, pero en ningún caso obligar a alguien a que haga algo -o deje de hacerlo- por su propio Bien. Este ejemplo se proyecta a la gran mayoría de los actos sociales y, por supuesto, a los económicos. Aquí se inscribe su férrea defensa del Laissez Faire " A juicio de Mill, cuando el Estado interviene, en general lo hace tarde o lo hace mal.
Sin embargo, este autor no era dogmático y con el paso del Tiempo fue introduciendo una serie de excepciones a su doctrina de la no intervención del Estado en el campo económico. Planteó que una vez cumplidos sus deberes de policía, la autoridad podía hacer mucho, directa o indirectamente, para ayudar a mejorar el bienestar material de la gente. Una de las excepciones más famosas al laissez faire que Stuart Mill menciona es el caso de reducción de horas de Trabajo. Para él, la única forma de acortar la jornada laboral era por ley, puesto que para lograrlo se necesitaba que todos los trabajadores se organizaran, lo cual era muy improbable (se debe recordar que en esa época, en plena Revolución Industrial, los horarios de Trabajo duraban muchas veces más de dieciséis horas diarias).
Si Bien se puede criticar la incongruencia de John Stuart Mill, gran parte de sus excepciones al laissez faire, con el Tiempo, se fueron transformando en leyes adoptadas en distintos países. Por lo tanto, el hecho de que asumiera que el Laissez Faire debía ser la regla, y cualquier desviación del mismo debía hacerse sólo cuando no quedara alternativa; no está tan lejos del principio de subsidiaridad tan común en nuestros días.
Introducidas sus excepciones, Mill llegó a afirmar la ahora famosa dicotomía entre las leyes. Por una parte, existían las Leyes Económicas de producción, que eran gobernadas por leyes inmutables que se debían acatar. Por otra, existían las leyes sociales de la Distribución, las cuales no estaban determinadas sólo por las fuerzas económicas. Según Mill, las leyes de la distribución son casi por entero materia de la voluntad de cada uno y de las instituciones humanas, las cuales, a su vez, son Producto de valores, costumbres, filosofías sociales y gustos cambiantes.
El futuro de la sociedad
Respecto del futuro de la Sociedad, Mill tenía una concepción similar a la de David Ricardo, según la cual en algún momento se detendría el Crecimiento Económico, y la Sociedad entraría en un estado estacionario. Esto se produciría por una suma de diversas causas: los progresos técnicos, la Ley de Rendimientos Decrecientes, la acumulación de Capital y el incremento de la Competencia de las empresas. Estos componentes se combinarían y darían como resultado que las Ganancia de los productores disminuyeran y la Renta de la Tierra se incrementara. De este modo, la economía en algún momento pasaría de crecer a estancarse.
Lo curioso es que Mill, a diferencia del pesimismo de otros autores como Malthus, miró con complacencia ese paso de un estado progresivo a un Estado estacionario. En este último, podrían evaluarse los problemas de equidad en la Distribución y las reformas sociales podrían realizarse con rapidez, siempre que existiera un férreo control a la natalidad, ya que su ausencia, sostenía Mill, era una de las causas principales de la Pobreza.
El estado estacionario se convirtió, para este autor, en una especie de utopía en la que al haberse alcanzado la opulencia, el Estado podría resolver los problemas que realmente importaban, es decir, la igualdad de la Riqueza y de las oportunidades.
A lo largo de sus obras más importantes y en sus numerosos ensayos, Mill sostiene que el valor moral de las acciones ha de ser juzgado en términos de las consecuencias de esas acciones. En esto contrasta su propia opinión con la de los que hizo un llamamiento a las intuiciones morales. Para algunos, estas intuiciones son sólo eso, en cuyo caso tienen poca fuerza moral de hecho, son simplemente los sentimientos arbitrarios de aprobación y desaprobación. Pero el conflicto intuiciones, y necesitamos alguna norma para decidir cuál de estos sentimientos es la correcta. La intuición no proporciona eso. Hay algunos, sin embargo, como William Whewell (aquí como en la filosofía de la ciencia a su rival del arco) o Immanuel Kant, o, más tarde, los idealistas, como TH Green, que afirman que no hay criterios objetivos para la adjudicación de los conflictos. Estos filósofos apoyar a sus intuiciones, apelando a un orden moral que impregna el universo, una especie de esencia moral o la demanda objetiva del reino nouménico o trascendental. Sin embargo, dado el argumento básico de que Mill ofrece la relatividad de todo conocimiento estas afirmaciones no son gran cosa, sino que deben ser tomadas más en serio que los que justificar sus juicios morales apelando a "Dios lo dijo". Estos opositores son atractivos para los no más que su sentimiento privado: esto es lo que me gusta o esto es lo que me gusta. El hecho de que se aparece como una autoridad moral que le da ninguna autoridad superior.
La declaración canónica del utilitarismo de Mill se puede encontrar en su libro El utilitarismo. Esta filosofía tiene una larga tradición y la aportación de Mill está influenciada principalmente por Jeremy Bentham y su padre James Mill.
La famosa formulación de Mill del utilitarismo se conoce como el "principio de la mayor felicidad" ("greatest-happiness principle"). Sostiene que uno debe actuar siempre con el fin de producir la mayor felicidad para el mayor número de personas, dentro de lo razonable. La mayor contribución de Mill al utilitarismo es su argumento para la separación cualitativa de los placeres. Bentham trata a todas las formas de felicidad como iguales, mientras que Mill sostiene que los placeres intelectuales y morales son superiores a las formas más físicas de placer. Mill distingue entre felicidad y satisfacción, afirmando que la primera tiene mayor valor que la segunda, una creencia ingeniosamente encapsulada en la afirmación de que «...es mejor ser un ser humano insatisfecho que un cerdo satisfecho; mejor ser Sócrates insatisfecho que un necio satisfecho. Y si el loco o el cerdo, tienen una opinión diferente, es porque sólo conocen su propio lado de la cuestión.
«La doctrina utilitaria afirma que la felicidad es deseable, y lo único deseable como fin en sí, siendo todo lo demás únicamente deseable como medio para este fin.»
Intuiciones morales se dice que revelan los extremos que son superiores a los de nuestra naturaleza mundana, superior a un simple placer y el interés propio. Mill, por supuesto, está de acuerdo en que nuestros sentimientos morales entran en conflicto con nuestras inclinaciones de su propio interés. Pero estos sentimientos no son sentimientos que son contrarios a nuestro gusto. Que como todos los extremos son buscados en la medida en que sean agradables. Es sólo que diferentes, y en conflicto las cosas, son agradables.
Mill se da cuenta luego de que estos sentimientos e inclinaciones divergentes. En la descripción psicológica de los seres humanos que defiende, el placer y el dolor son los motivadores principales. Otras cosas que se buscan, al menos inicialmente, como un medio para el placer o la evitación del dolor. Pero como funciona el mecanismo asociativo, las cosas que se buscan como medios llegado a ser asociada con los fines para los que se quiere decir. Estas cosas llegan a ser buscado como un fin en sí, como partes de placer. La variedad de los fines que las personas que sugieren que son moralmente exigido por sus intuiciones son simplemente cosas que han llegado a estar entre las cosas que son para ellos parte del placer, extremos que están en conflicto con los fines que son de otras partes de placer. La apelación a la intuición no resuelve los problemas de la filosofía moral. Que no es más que un lugar común de la realidad, que nos sentimos mejor acerca de algunos extremos en lugar de otros y que a menudo nos sentimos que nuestros fines son mejores que aquellos otros que tienen. El verdadero problema está en otra parte: ¿cómo resolver el conflicto?
Todos los extremos son el placer o las partes o de placer. Esta es una cuestión de hecho psicológico. Como dice Mill, "al deseo de nada, excepto en la proporción en la idea de que es el placer, es una imposibilidad física y metafísica" (El utilitarismo, cap. 4). Esto implica que el placer es el fin de la moralidad:
La única prueba que es posible producir cualquier cosa que es deseable [= digno de deseo], es que la gente realmente lo deseen. Si el fin que la doctrina utilitarista se propone a sí mismo no eran, en teoría y en la práctica, reconocido como un fin, nada podría convencer a cualquier persona que así era. (El utilitarismo, cap. 4)
Punto de Mill se reprocha a veces hacer una inferencia ilegítima de "es" a "deber ser", de "que se desea" a "es digno de deseo." GE Moore hizo una crítica, llamándola la "falacia naturalista". De hecho, es una característica de movimiento del naturalismo de Mill lo que hace que la experiencia de la prueba de uno de los principios, la ética como en la ciencia. Por otra parte, esta medida es, en muchos casos una falacia. Mill era el mismo para criticar sólo esa medida falaz en su último ensayo sobre "la naturaleza". Pero en el presente caso, la inferencia no es una falacia. En su prueba de principio de utilidad, Mill hace inferir un debe de un es, pero lo hace legítimamente. Punto de Mill es que, al igual que debemos hacer inducciones, y deben aceptar ciertos juicios de percepción básica, por lo que debemos buscar el placer. Y puesto que, como cuestión de hecho legal sobre los seres humanos, que debe buscar el placer, no es razonable sugerir que cualquier otra cosa podría ser moralmente nos exige. Mill está aquí respondiendo sobre todo a Carlyle, que pidió (en Sartor Resartus), "¿Qué derecho tiene usted a gusto?" La respuesta de Mill es que lo de actuar es correcto, porque eso es sólo la forma en los seres humanos, todo lo demás no es simplemente, como una cuestión de hecho psicológico, es posible: no puede ser de otra manera. Molino de este argumento es (de nuevo) basándose en el principio de que debe implica debe, lo contrario del principio de que debe implica puede. Si estos principios no rigen nuestras actitudes morales, que acabaría intentar lo imposible, y, si el punto de la moral es guiar la acción, entonces es razonable: las medidas de intentar lo imposible está destinada a ser inútil.
La maximización del placer o la felicidad es por lo tanto, el fin moral. Pero esto no debe ser tomado en términos simplistas. Mill no es un hedonismo crudo. En primer lugar, no es el placer sensual de crudo que es el objetivo. Por el contrario, el bienestar consiste en la satisfacción del deseo y el placer relevante es el placer que viene del deseo satisfecho. En segundo lugar, cuando insiste en que el bienestar consiste en la experimentación de estados placenteros, según él, a diferencia de lo que Bentham implícita, que la calidad, no simplemente la cantidad de placer, debe ser tomado en cuenta. Como Mill llegó a ver en su propia experiencia, la lectura de Wordsworth es mejor como una experiencia de beber cerveza. Como él mismo dijo a sí mismo, más un Sócrates insatisfecho que un cerdo satisfecho. Algunas experiencias son cualitativamente mejores que otros, y para determinar qué línea de acción es mejor, esto tiene que ser parte del cálculo. Estos placeres no son más que la suma de los placeres más elementales, sino que son cualitativamente diferentes. Estas diferencias son una cuestión de la naturaleza química de los procesos psicológicos. Entre los extremos cualitativamente superior son los fines morales, y es en esto que la gente adquiere el sentido de que tienen intuiciones morales superiores al mero interés propio. Y en tercer lugar, Mill sostiene que es posible que contentarse con la vida, aunque insatisfechos, siempre y cuando se tiene el equilibrio adecuado de placer, contado tanto cuantitativa como cualitativamente. Como él mismo sugiere, mejor Sócrates insatisfecho que un cerdo satisfecho. El cerdo puede ser satisfecho, pero la vida de Sócrates, a pesar de su descontento, es preferible.


3. Mijaíl Bakunin
 (30 de mayo de 1814 - 1 de julio de 1876)
Mijaíl Alexándrovich Bakunin nació el 8 de mayo de 1814 en la provincia de Twer, en el seno de una familia numerosa perteneciente a la nobleza rural, murió en Berna el 1 de julio de 1876.
Cuando Bakunin tenía once años, en 1825, un grupo ilustrado y liberal se rebeló contra el zar: eran los "Decembristas". Murieron víctimas de la represión brutal. Su insurrección quedaría como símbolo de la juventud revolucionaria.
El padre de Mijaíl, que se había doctorado en Filosofía en Italia, era un hombre de mentalidad liberal, que se haría notar en la educación de sus hijos.
Bakunin ha aprendido de Hegel que en la oposición, en la contradicción, el lado negativo, el que pone la dialéctica en movimiento, es más fundamental que el lado positivo; que la significación total y la fuerza irresistible del negativo es destruir el positivo.
Incluso afirmaría que, finalmente, el principio positivo no es nada o, más bien, no tiene valor más que en la medida en que él mismo es negativo. Extraordinaria mistificación lógica que anuncia el anarquismo de Bakunin. La negación es una relación negativa que no existe más que en la medida en que niega algo. El principio de lo positivo lleva en si el principio de su propia destrucción, porque en sí el positivo no es más que "reposo absoluto". En la medida en que es algo, en que contiene una cierta actividad, es decir, la exclusión de su contrario, el principio negativo, es negatividad. Lo positivo en Bakunin es, pues, más aniquilado y abolido que subsumido o superado.
Bakunin se definió por una revolución sin condiciones, por un radicalismo intransigente, que calificaría, a partir de ese momento, toda su toma de posición frente al cambio socio-político. Radicalismo básico que lo veremos manifestarse de diversas formas. Hasta ahora se había manifestado como huida fichteana de la realidad, en un primer momento; como reconciliación total con la realidad, después, y, finalmente, como divinización de la antítesis, de la insurrección destructora y disolvente.
Bakunin está, pues, aquí muy lejos de Hegel, ya que toda la obra del maestro alemán es una crítica de esta afirmación inmediatista e indeterminada de la libertad. La hipóstasis bakuniana de la negatividad, que le llevaría a radicalizarse en la apología de la destrucción de las mediaciones institucionales o de las realidades absolutas, como dios, el estado, las instituciones, para afirmar una pretendida libertad, hizo de Bakunin, más que un hegeliano, un "monstruo de la dialéctica", como lo calificó Proudhon.
Durante los años 1844-1847, Bakunin no estaba alineado con ninguno de los grupos socialistas (fourieristas, cabetistas, marxistas), por considerarlos sectarios y no encontrar en ellos plasmada su propia concepción del socialismo. No cabe duda de que la influencia de Proudhon debió ser decisiva en este sentido. Su irreductible oposición al comunismo, su lucha contra el centralismo estatalista, su oposición al positivismo y al capitalismo, su anarquismo y federalismo, son posturas claves de Bakunin, que no se podrían explicar seguramente si no fuera por la influencia de Proudhon.
1840 significó su transformación de rebelde instintivo en revolucionario consciente: el revolucionario demócrata se convirtió en anarquista.

Cuando Bakunin se hizo anarquista, no fue porque abrazara teorías de otros. Adaptó un programa a su temperamento y, al mismo tiempo, creó un movimiento al que transmitió este temperamento y este programa. Antes de él, el anarquismo era una filosofía o, a lo más, una tendencia política que correspondía a un instinto vago y oscuro. En lo sucesivo, el anarquismo tendría unas señas de identidad propias en el proceso revolucionario. La aportación de Bakunin a las teorías sociales es original: la revolución debe llevar a la anarquía y la anarquía debe ser revolucionaria. Su idea del anarquismo se resume en la sola palabra de "libertad".
Su programa anarquista era, pues, al mismo tiempo, el programa de una organización. Así nacía en Italia, en 1865, La Fraternidad Internacional:
"Esta sociedad tiene como objetivo la victoria del principio de la revolución sobre la tierra, es decir, la disolución radical de todas las organizaciones e instituciones actualmente existentes, religiosas, políticas, económicas o sociales, y la transformación de la sociedad, en primer lugar europea y más tarde universal, sobre la base de la libertad, la razón, la justicia y el trabajo".
Con el programa de La Fraternidad Internacional, del que forma parte fundamental El Catecismo Revolucionario, nació el anarquismo revolucionario.
Marchó a Suiza y, después de conocer a Guillaume, que sería su amigo más fiel a lo largo de toda su vida, se estableció en el Jura. Fundó la Alianza Internacional y se adhirió a la Internacional (AIT)
“La Alianza se declara atea; quiere la abolición definitiva y completa de las clases y la igualación política, económica y social de los individuos de ambos sexos; quiere que la tierra, los instrumentos de trabajo, como todo otro capital, convirtiéndose en propiedad colectiva de la sociedad entera, no puedan ser utilizados más que por los trabajadores, es decir, por las asociaciones agrícolas e industriales. Reconoce que todos los Estados políticos y autoritarios actualmente existentes, reduciéndose más y más a simples funciones administrativas de los servicios públicos en sus países respectivos, deberán desaparecer en la unión universal de las libres asociaciones, tanto agrícolas como industriales”.
La maduración de la ideología anarquista implicaba un distanciamiento progresivo, cada vez más profundo, de Marx. Las primeras controversias nacieron en el seno de la Internacional y las dos interpretaciones revolucionarias, la autoritaria de Marx y la anarquista de Bakunin, chocaron violentamente.
En 1870 estalló la guerra franco-prusiana. Los dos jefes de la Internacional tomaron posiciones enfrentadas ante la contienda. Marx se declaró pro-prusiano. Bakunin, que no hacía distinción alguna entre la Francia bonapartista y la Alemania de Bismarck, estaba persuadido de que el militarismo prusiano era mucho más peligroso para la causa de la humanidad. Todo lo que él detestaba: la ideología del Estado, el centralismo, el burocratismo, lo encontraba encarnado en Prusia, que se enorgullecía de todo ello, como de grandes virtudes y que deseaba imponerlo a toda Alemania primero y al mundo entero después.

Pensamiento
La ideología de Bakunin descansa en una base de implacable y severo materialismo. El hombre, ser material, nace en un mundo donde existen algunas grandes realidades inevitables y evidentes, a las que es preciso acomodarse, y varias abstracciones corporeizadas, inútiles y despóticas, que entorpecen la vida racional del ser, y contra las que es posible y necesaria la rebelión.

Las dos grandes realidades son la Sociedad y la Naturaleza. La religión, con la moral y la Iglesia como consecuencias principales, y el estado, con la ley y el gobierno como resultantes más inmediatos, son las dos abstracciones esenciales que una parte de los hombres ha convertido en eficaces medios de oprimir y explotar al resto de sus semejantes.

No cabe el evadirse a la Naturaleza, cuyas condiciones de relación con la Humanidad hay que conocer y observar estrictamente, si no se quiere ser aplastado por los hechos naturales al seguir éstos su curso lógico. El hombre que quisiera rebelarse al acto natural e imperativo de comer, moriría. Hay, pues, que estudiar la Naturaleza, dominar sus secretos y amoldarnos a su modo de ser y a sus manifestaciones, procurando siempre extraer de ellas lo que de mejor haya para nosotros. Respecto al mundo desconocido, a lo irreal y a lo misterioso, hay que prescindir de ello totalmente, limitándonos al examen de lo que vemos, palpamos y podemos comprender, y contemplando todas las cosas con el ánimo exento de prejuicios para poder formar una idea exacta y natural, no convencional e ilógica, de ellas. Quien, por ejemplo, comenzase a hacer estudios espíritas, llevando la convicción previa de que los espíritus existen, no podrá nunca llegar a la verdad, pues cualquier indicio que encuentre lo considerará afirmativo, mientras que el no encontrar indicio alguno no debilitará en nada una fe que ya vibraba a priori sin necesidad de comprobación ninguna.

Por lo que toca a la Sociedad, Bakunin la mira, igual que a la Naturaleza, como un hecho fatal, inmenso, ineludible, que no puede controvertirse ni definirse, ni como bien, ni como mal. Es, simplemente, una realidad superior y anterior a todas las voliciones y a todas las posibilidades humanas. Como la Naturaleza, corno la vida misma, la Sociedad tiene que admitirse sin discusión. El hombre, producto de la Sociedad, según el criterio bakuninista, no puede desligarse de ella sin destruirse, como un brazo o un pie no puede, sin anularse, separarse de la sociedad fisioquímica que forma cada cuerpo viviente.

El anarquista verdadero no es, pues, un negador de la Vida, un enemigo de la Sociedad, un partidario de la Nada. El nadista, suponiendo que lo haya, no es precisamente el anarquista. Este, por el contrario, ama la Vida y la Sociedad y quiere la exaltación de ambas dentro de la razón y de la Naturaleza, luchando, en consecuencia lógica, contra las instituciones absurdas y antinaturales que niegan la Vida, constriñen la Libertad.

El anarquismo quiere, verbigracia, que cada hombre haga su voluntad, mientras ésta no se oponga al sentir de la Sociedad en pleno (que, en este caso, y sin otros recursos, que la simple manifestación de su voluntad colectiva, puede aniquilar moralmente a cualquier individuo aislado, por temible y potente que sea). Pero si la voluntad de este individuo coincide con la de otros, nada se opone a que todos ellos, individuos libres, se federen en un grupo libre, cuyos deseos electivos pueden, sucesivamente, realizarse mediante asociaciones voluntarias con otros grupos.
Indudablemente, nada hay aquí de absurdo, antinatural o negativo.
Por el contrario, es disparatado, estúpido e indignante, y, sobre todo, pugna con las leyes de la Naturaleza, el que un individuo, en virtud de una ley convencional, que no ha contribuido a promulgar o ha sido promulgada con su voto en contra, pueda ser compelido a verificar actos que le vejan o le repugnan, obligándole a verificarlos con el empleo de los medios impositivos de que dispone un Estado en cuya organización, composición, regencia y beneficio no tiene arte ni parte el individuo de que se trata. La razón que en principio asiste a Bakunin y a los anarquistas, resplandece, deslumbradora, en este como en otra infinidad de casos.

Es, por lo tanto, el estado, con sus consecuencias, ley, gobierno, coacción, y no la Sociedad, lo rechazado y combatido por Mijaíl Bakunin. En un principio, cuando el hombre comenzó a despertar del sueño magnético de la irracionalidad en que vivió sumido durante cientos de siglos, la religión fue el órgano moral y el estado el instrumento material de los que la Sociedad, instintivamente, se valió para aglutinarse y progresar. Pero el hecho de que esas instituciones hayan tenido en la Historia una evidente importancia y hayan constituido una necesidad absoluta, no abona el que la Humanidad tenga que continuar llevándolas sobre sus hombros tal que dos fardos.

En este sentido, Bakunin propone la destrucción de la religión por la práctica de la crítica, y la demolición del estado por la acción revolucionaria. Abolidas entrambas instituciones, el hombre podrá reorganizarse libremente en la forma que la Naturaleza le aconseje y exija y del modo más beneficioso para la colectividad y para el individuo.

Sin leyes, sin autoridades, sin monopolios ni contribuciones, el ejercicio de cualquier actividad será mucho más fácil, grato y fructífero. Todos trabajarán, porque este es un dictado de la Naturaleza y una necesidad social; pero se dedicarán a aquello que prefieran y trabajarán menos, porque, laborando todos y aprovechándose cada uno del fruto total y directo de su trabajo, eliminando la enorme masa parasitaria (plutocracia, aristocracia, burocracia, ejército, clero, etc.), que hoy subsiste a costa del sudor ajeno, cada hombre, en una breve jornada diaria, producirá más que de sobra para sus necesidades.

Para llegar a una Anarquía perfecta, en la que todos los seres, libres de las cadenas seculares, vivan armoniosamente, independientemente, dentro de la Naturaleza y de la Sociedad, no sólo es imprescindible derribar el estado de un golpe, sino que hay que continuar, quizá por espacia de muchos años, lo que Mijaíl Bakunin, anticipándose al bolchevismo ruso, llamaba la "Revolución permanente", tanto para ahogar probables intentos de restauración del estado, como para abatir sucesivamente las formas transitorias e intermedias que se fueren creando en el paso del Estatismo a la Anarquía. A esta concepción bakuniníana responde la actual táctica anarquista de acción.

Abolido el Estado, sería, consecuentemente, destruido el poder clerical, y la religión, falta de órganos dominativos y batida en brecha por la crítica racionalista, sobreviviría muy poco a la ruina general del convencionalismo humano del presente.

Resumiendo: las ideas de Bakunin presentan dos aspectos: destructivo, negativo, el uno; positivo, constructivo, el otro. Al primero pertenece la labor de crítica religiosa y la de lucha revolucionaria contra el Estado, que no es la Sociedad, sino sólo una de sus formas históricas, y por ende la más brutal y abstracta.

No obsta que, en alguna ocasión, el estado quiera el bien general y trate de imponerlo. También contra este bien hay que luchar, porque no es bueno nunca lo que de grado no se acepta y de corazón no se ama.
De modo que, en todos los casos, el deber del revolucionario, del anarquista, está en combatir todas las manifestaciones estatales y demoler todas las instituciones que emanen del estado, sin dejar jamás de atacar, a la vez, el "estatismo espiritualista" que todas las confesiones religiosas pretenden imponer a sus creyentes.
Despedazar la religión y el estado para manumitir, moral y materialmente, a todos los hombres, es el objeto.

La parte constructiva del anarquismo se refiere a la reorganización social en la Anarquía. Bakunin rebate la teoría de que, hecha la Revolución, sea un número determinado de hombres el que se encargue de reconstruir la Sociedad. La creencia bakuninista es muy otra, y propugna la conveniencia de dejar al pueblo dueño de sus destinos, para que él mismo, siguiendo sus propios sentires, al margen de toda imposición, de toda dictadura permanente o provisional, se trace sus normas de conducta y se organice como bien le parezca. "Que todas las pasiones se exacerben, que se desencadenen todos los instintos -decía Bakunin- Y de ese temporal humano saldrá la armonía del porvenir".

No obstante, el propio Bakunin reconocía la conveniencia de crear algún órgano de acción que, en un momento dado, interpretando la libérrima voluntad de sus afiliados todos, dictase, sin carácter oficial, las líneas generales de una reorganización común, y las hiciese triunfar en la conciencia de las masas. La "Alianza" tendía a este fin, como anteriormente hemos visto.

Pero nótese que esta institución no tendía a establecer una dictadura de partido, como los comunistas han hecho en Rusia y los fascistas han impuesto a Italia. No, La Alianza, procediendo en nombre de la razón natural, aspiraba al triunfo de sus creencias en el ánimo de las masas, para que éstas se manifestasen y operasen según el criterio aliancista que se formaría, colectivamente, por la suma de los criterios de todos los aliados. No se intentaba, pues, forzar al pueblo a aceptar un dogma, como hacen los católicos en el orden religioso, los fascistas en el político y los comunistas en el social. El objeto era crear una voluntad colectiva y realizarla. Y como a la Alianza, en principio, eran admitidos todos sin que a nadie se le impusiese un credo ni un reglamento que le limitase su libertad, la voluntad de la organización podía ser el total de un conjunto de voluntades naturales espontáneas y humanas de verdad, por cuanto brotaban del seno mismo del sentimiento y el pensamiento de cada individuo.

Antes hemos tenido ocasión de apreciar cuáles eran las ideas de Mijaíl Bakunin respecto a las condiciones en que había de reanudarse la vida social. Deshechos por la violencia los lazos forzosos que unen hoy a los individuos con las colectividades y a éstas entre sí, la reorganización se haría de abajo a arriba, de menor a mayor, según los principios del federalismo integral. El hombre, libremente federado en sindicatos para atender a las necesidades económicas, libremente agregado a municipios libres desde el punto de vista territorial. Los sindicatos, agrupándose voluntariamente unos a otros; los municipios federándose libremente, para constituir provincias o regiones; las regiones, uniéndose espontáneamente para constituir nacionalidades libres y éstas confederándose a su vez.

Expuestas quedan aquí las ideas principales de carácter práctico que distinguieron e individualizaron la ingente personalidad filosófica de Bakunin.

Y, para terminar, define las aspiraciones supremas del individuo en su marcha ascendente de la fatalidad ciega al libre albedrío, de la Autoridad (autocracia) a la Libertad (acracia): "Insignificante y perecedero, gota impalpable en el mar sin orillas de la evolución universal, con dos eternidades desconocidas, detrás una, delante la otra, el hombre activo, pensante, consciente, reposa, orgulloso, en el sentimiento de la libertad, que él mismo se labra, alumbrando, libertando, revolucionando al mundo que le rodea. Este es su consuelo, su premio y su paraíso... Su palabra postrera, su pensamiento más profundo sobre la unidad del Universo, será el sentimiento de la "eterna transformación universal" esto es un movimiento sin principio ni fin, ilimitado. Lo opuesto a cualquier clase de providencia, la negación absoluta de dios".


4. Carlos Marx
(Tréveris, Reino de Prusia, 5 de mayo de 1818  Londres, Reino Unido, 14 de marzo de 1883)
Fuente: http://www.portalplanetasedna.com.ar/ideas_marxistas.htm

Si el liberalismo había removido las bases del mundo medieval que agonizó durante la «Edad Moderna», el nacimiento del marxismo va a sacudir hasta sus más profundas raíces el pensamiento del siglo XIX. Como dicen Marx y Engels en sus primeras palabras del Manifiesto Comunista: «Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo». Nada mejor que esa frase para comprender lo que significó el marxismo en su época.

El pensamiento de Marx y Engels comprende tres aspectos fundamentales que no pueden ser singularizados sin incurrir en el peligro de empobrecerlos notablemente. A pesar de la simplificación que esto conlleva, estudiaremos el marxismo a partir de estos tres aspectos: el análisis del pasado (materialismo histórico), la crítica del presente (estudio económico realizado básicamente en la obra El capital) y el proyecto de futuro (alternativa política marxista)
a) El análisis del pasado: el materialismo histórico. Para Marx, el motor que hace evolucionar la historia es la lucha de clases. Toda la historia ha sido una lucha permanente entre las clases opresoras y las oprimidas. De este modo, la historia de la Humanidad ha sido la sucesión de diferentes modos de producción, que se caracterizan por la naturaleza de las relaciones de producción existentes (entre amos y esclavos, señores y siervos, patronos y obreros...)
A lo largo de la historia se han sucedido tres grandes modos de producción: esclavismo,feudalismo y capitalismo. El paso de un sistema al otro tiene lugar cuando las contradicciones y los antagonismos de clase en el seno de un modo de producción acaban destruyéndolo. Entonces se configura una nueva clase dominante que controla los medios de producción y el aparato del Estado.
El capitalismo no es para Marx el punto de llegada de la evolución humana, sino una fase más que es preciso superar para llegar a un nuevo modo de producción, el socialismo, en el que no existirán desigualdades sociales ni económicas.
b) La crítica del presente: el análisis económico del capitalismo. La necesidad de analizar el presente, es decir, el modo de producción capitalista, movió a Marx a realizar una crítica de la economía política. Esta labor la llevó a cabo, fundamentalmente, en su obra magna: El capital. Según él, el elemento clave de la explotación capitalista es la plusvalía, que consiste en la apropiación por parte del capitalista de una parte de las ganancias que producen los obreros. Así, durante la jornada laboral, el obrero trabaja primero para producir las mercancías que equivalen a su salario. Pero después continúa trabajando, y este trabajo no pagado, constituye la plusvalía, única fuente de beneficio de los capitalistas.
La colaboración entre Marx y Engels: Marx y Engels revisan unas pruebas de imprenta. La amistad y la colaboración entre Karl Marx y Friednich Engels se inició en la década de 1840, en la que los dos formaban parte de la Liga de los Comunistas, para la que escribieron conjuntamente el Manifiesto Comunista (1848). Marx (1818-1883) nació en Alemania en el seno de una familia de la pequeña burguesía. Durante su juventud se movió en los ambientes universitarios alemanes y se doctoró en filosofía. La procedencia de Engels (1820-1895) era muy diferente: de origen alemán, era hijo de un rico fabricante de tejidos establecido en Manchester. Fue él quien aportó sus conocimientos sobre la economía política clásica y sobre las condiciones de vida de los obreros en Gran Bretaña.
c) El proyecto de futuro: la sociedad comunista. Para poner fin a la explotación del hombre por el hombre, Marx proclamó la necesidad de que el proletariado, mediante la revolución, conquistase el poder político y económico y crease un nuevo Estado obrero al servicio de los trabajadores. Esto daría lugar a un nuevo modo de producción (socialismo), en el que no existiría propiedad privada, ya que la primera misión de la revolución sería la socialización de la propiedad, que pasaría al Estado. Ahora bien, el socialismo era para Marx tan sólo una etapa intermedia, ya que la desaparición de las diferencias sociales supondría la disolución de las clases sociales. Y como no habría clases, el Estado sería innecesario, porque el Estado es la expresión de la dominación de una clase sobre otra. Poco a poco éste se iría autodisolviendo para dar paso a la sociedad comunista, es decir, igualitaria, sin clases y sin Estado.
LA LUCHA DE CLASES: La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna.
En las anteriores épocas históricas encontramos casi por todas partes una completa diferenciación de la sociedad en diversos estamentos, una múltiple escala gradual de condiciones sociales. En la antigua Roma hallamos patricios, caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad Media, señores feudales, vasallos, maestros, oficiales y siervos, y además, en casi todas estas clases encontramos, a su vez, gradaciones especiales.
La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas.
Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más en dos grandes bandos hostiles, en dos grandes clases que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado.
MARX, K., y ENGELS, F.: El Manifiesto del Partido Comunista. 1848.

Algunos Pensamientos de Marx:
Desde el derecho positivo, hasta las más excelsas muestras del arte, la música pintura, la arquitectura no son para Marx más que una cubierta engañosa que encubre un modo de producción, y todas esas formas exteriores no hacen más que engañar, justificar e intentar perpetuar un sistema económico.(capitalismo)
La cultura es en la mayoría de los hombres el adiestramiento que los convierte en máquinas y el derecho  no es más que la voluntad de la clase burguesa erigida en ley.
La religión es el «opio de los pueblos», ese conjunto de creencias falsas impuestas en la mente de los oprimidos para que no cuestionen nada, para que acepten mansamente su situación y esperen una recompensa en el cielo.
Para Marx el Estado es el órgano mediante el cual una clase social dominante impone, mediante el monopolio de la fuerza su voluntad a otra clase. Mientras existan clases sociales se necesitará del Estado para que una clase someta a la otra. El Estado es para Marx como la Junta directiva de la burguesía, el órgano donde, siendo competidores entre sí, acuerdan las bases para la supervivencia y beneficio de su clase.

5. John Maynard Keynes,
(5 de junio de 1883 – 21 de abril de 1946) fue un economista británico, considerado como uno de los más influyentes del siglo XX, cuyas ideas tuvieron una fuerte repercusión en las teorías y políticas económicas.

La principal novedad de su pensamiento radica en plantear que el sistema capitalista no tiende a un equilibrio de pleno empleo de los factores productivos, sino hacia un equilibrio que solo de forma accidental coincidirá con el pleno empleo. Keynes y sus seguidores de la posguerra destacaron no solo el carácter ascendente de la oferta agregada, en contraposición con la visión clásica, sino además la inestabilidad de la demanda agregada, proveniente de los shocks ocurridos en mercados privados, como consecuencia de los altibajos en la confianza de los inversionistas. La principal conclusión de su análisis es una apuesta por la intervención pública directa en materia de gasto público que permite cubrir la brecha o déficit de la demanda agregada. Está considerado también como uno de los fundadores de la macroeconomía moderna.

Keynes fue una personaje muy polifacético, que además de ser un economista teórico que cambió la consideración de la macroeconomía en el siglo XX, desempeñó también múltiples puestos en el mundo económico, fue profesor en la Universidad de Cambridge desde 1908, editor del Economic Journal desde 1912, secretario de la Royal Economic Society, alto funcionario de la Administración británica y negociador internacional en nombre de Inglaterra en diferentes ocasiones; trabajó también en el sector empresarial, en la dirección de inversiones de una compañía de seguros, y de asesor financiero del King´s College, del Banco de Inglaterra y del propio gobierno británico. Dentro también del mundo de la economía fue gran aficionado a la historia económica y biógrafo de grandes economistas. Fuera del mundo económico, durante sus estudios en la Universidad de Cambridge se interesó por la matemáticas, estadística, filosofía, literatura y solo finalmente por la economía. Fue también director y principal accionista del Teatro de las Artes de Cambridge y mecenas del grupo de Bloomsbury, coleccionista de pintura moderna y bibliófilo de literatura científica.

vida
John Maynard Keynes nació en la ciudad de Cambridge, en una familia acomodada de reputado nivel cultural. Sus padres eran John Neville Keynes, profesor de economía y filosofía en la Universidad de Cambridge y Florence Ada Brown, una de las primeras mujeres que logró estudiar en las universidades británicas, era una autora y precursora de la asistencia social que llegó a ser alcaldesa de Cambridge en 1932. Su hermana Margaret (1885–1974) contrajo matrimonio con el premio Nobel en fisiología Archibald Hill y su hermano menor Geoffrey Keynes (1887–1982) fue cirujano y gran bibliófilo.
En 1897 obtuvo una beca para estudiar en Colegio Eton y en 1902, ingresó en el King's College en la Universidad de Cambridge donde estudió matemáticas y teoría de probabilidades para finalmente optar por los estudios de Economía, recibiendo clases de Alfred Marshall y Arthur Pigou.
Durante su estancia como estudiante universitario en Cambridge, frecuentó el grupo de los llamados Apóstoles y de ahí pasó al denominado Círculo de Bloomsbury, grupo intelectual y artístico, que proponía un nuevo orden social, contrario a los principios morales victorianos, del que formaban parte entre otros el escritor Lytton Strachey, Leonard y Virginia Woolf o el pintor Duncan Grant, con quien Keynes mantuvo una relación homosexual durante varios años.
La fascinación homoerótica de Keynes por Sergéi Diaghilev le llevó a conocer en octubre de 1918 a Lidya Lopokova, una bailarina rusa de su compañía, con quien contrajo matrimonio luego de un viaje por Taiwán.

En 1906 fue nombrado funcionario público del Home Civil Service, siendo destinado a la Indian Office donde acumuló un profundo conocimiento del sistema financiero indio, producto de su estancia en este departamento escribió en 1913 "Moneda y finanzas en la India". Después de considerar decepcionante su trabajo en esta oficina, renunció a su puesto en junio de 1908, para trabajar en la Universidad de Cambridge en teoría de probabilidades. En 1909 consiguió una plaza de profesor en la cátedra de Pigou de esta universidad. En 1911 fue nombrado editor de la revista económica Economics Journal y durante los años 1913-14 fue miembro de la Royal commission on Indian Finance and Currency.

A partir de 1916 comenzó a trabajar como consejero del Ministerio de Hacienda británico (HM Treasury), entre sus responsabilidades se encontraba el diseño de los contratos crediticios entre Gran Bretaña y sus aliados continentales durante la guerra, y los sistemas de adquisiciones exteriores. En 1919, tras finalizar la primera guerra mundial formó parte de la delegación británica en la Conferencia de Paz de París, puesto del que dimitió ese mismo año por estar disconforme con el régimen abusivo de indemnizaciones y reparaciones que se imponían a Alemania. Sobre este tema escribió, en 1919, el libro "Las consecuencias económicas de la paz", en el que anunciaba las implicaciones y consecuencias de las condiciones económicas impuestas a Alemania en el Tratado de Versalles.

El periodo de entreguerras
En 1919, regresó a la Universidad de Cambridge, pero compartía su tiempo entre sus estancias en el domicilio familiar de la calle Harvey en Cambridge y el 46 de Gordon Square en Londres, ciudad donde ejercía una intensa conjunto de actividades, fue miembro de varios consejos de administración de empresas financieras y aseguradoras, dirigía el semanario Nation and Athenaeum y Econoic Journal y participaba en el Consejo asesor económico del primer ministro británico. Keynes también fue un inversor de éxito logrando hacerse con una gran fortuna (después de afianzarse como economista ya que en su juventud sufrió grandes pérdidas que debieron ser cubiertas por su padre). Durante el Crack del 29 casi queda en bancarrota, pero pudo recuperarse en poco tiempo. Se le considera un gran bibliófilo, en especial por lo que respecta a las ediciones originales de las obras de Isaac Newton. Estaba interesado en la literatura en general y el drama en particular; se constituyó en empresario del Teatro de Artes de Cambridge, labor en la que puso gran entusiasmo (cierto día que el portero estaba ausente se le pudo ver a él mismo cortando las entradas en el hall). Gracias a esto, la institución se convirtió durante un tiempo en el más importante escenario británico fuera de Londres. En 1925 contrajo matrimonio con la bailarina rusa Lydia Lopokova.
Bertrand Russell decía de Keynes que era la persona más inteligente que había conocido, señalando que «cada vez que hablaba con Keynes, sentía que mi vida estaba en sus manos, y rara vez no me hacía sentir un poco tonto». Otro conocido comentario que Keynes hizo a su mujer fue que había «encontrado a Dios en el tren de las 5:15» cuando recibía a Ludwig Wittgenstein, el protegido de Russell, para su estancia en Cambridge.

Keynes murió de un infarto. Sus problemas cardíacos fueron agravados por la presión de su trabajo en los problemas financieros internacionales de la posguerra. Su padre, John Neville Keynes (18521949), vivió tres años más. El hermano de Keynes, Sir Geoffrey Keynes (18871982), fue un distinguido cirujano, profesor universitario y bibliófilo. Sus sobrinos fueron el fisiólogo Richard Keynes (nacido en 1919) y Quentin Keynes (19212003), aventurero y bibliófilo.

APORTES:
Tratado sobre probabilidad
Keynes publicó su Tratado sobre probabilidad en 1920, una notable contribución a las bases matemáticas y filosóficas de la teoría de la probabilidad.
Tratado sobre la reforma monetaria
Atacó las políticas deflacionarias de los años 20 en un Tratado sobre la reforma monetaria de 1923, una incisiva argumentación sobre por qué los países deberían apuntar a la estabilidad de los precios domésticos al tiempo de proponer el uso de tipos de cambio flexibles. En el Tratado sobre el dinero de 1930 (en dos volúmenes) expone su teoría de tipo Wickselliana sobre ciclo de crédito.
Teoría general del empleo, el interés y el dinero
Su obra central, la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, desafió el paradigma económico dominante al momento de la publicación en 1936. En este libro Keynes presenta una teoría basada en la noción de demanda agregada para explicar la variación general de actividad económica, tales como las observadas durante la Gran Depresión de los años 30. Según su teoría, el ingreso total de la sociedad está definido por la suma del consumo y la inversión; y en una situación de desempleo y capacidad productiva no utilizada, «solamente» pueden aumentarse el empleo y el ingreso total incrementando primero los gastos, sea en consumo o en inversión.
La cantidad total de ahorro en la sociedad es determinada por el ingreso total y, por tanto, la economía podría alcanzar un incremento del ahorro total, aún si las tasas de interés se bajaran para estimular los gastos en inversión. El libro abogaba por políticas económicas activas por parte del gobierno para estimular la demanda en tiempos de elevado desempleo, por ejemplo a través de gastos en obras públicas. El libro es a menudo visto como la fundación de la macroeconomía moderna. Los historiadores concuerdan en que Keynes influyó en el New Deal del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, pero discuten aún sobre el grado de dicha influencia. Una política de gasto deficitario del tipo de la emprendida en el New Deal comenzó a efectuarse en 1938, que había sido llamada pump priming, y había sido aprobada por el presidente Herbert Hoover. Pocos economistas renombrados en los EE. UU. Comulgaron con las ideas de Keynes durante los años 30. Con el tiempo, sin embargo, sus ideas fueron más ampliamente aceptadas.

¿Cómo pagar la guerra?
En el año de 1942 Keynes era ya un economista ampliamente reconocido, hecho evidenciado en su admisión en la Cámara de los Lores con el título de Baron Keynes de Tilton en el Condado de Sussex, ubicándose en la bancada del Partido Liberal. Durante la Segunda Guerra Mundial, Keynes argumentó en ¿Cómo pagar la guerra? (1940) que el esfuerzo bélico debería ser mayormente financiado mediante el aumento de colonias en África y por mayores impuestos, en lugar de gasto deficitario, para de esa manera evitar la inflación. A medida que la victoria aliada parecía más segura, Keynes estuvo muy involucrado en las negociaciones que establecieron el sistema Bretton Woods, en su papel de líder de la delegación británica y presidente de la comisión del Banco Mundial. El plan de Keynes, referente a una Unión Internacional de Compensación propuesta para un sistema de administración de divisas, involucraba un banco central mundial, el Bancor, que sería responsable de una unidad mundial única de cambio. Sin embargo, el peso de los EE. UU. en las negociaciones fue determinante para que el resultado final estuviera más acorde a los planes de Harry Dexter White.

Obras menores
Keynes escribió Ensayos en biografía y Ensayos en persuasión, el primero aportando retratos de economistas y otras personas notables, mientras que el segundo presenta algunos de los intentos del autor de influir en los formadores de políticas durante la Gran Depresión. Keynes fue editor jefe para el Economic Journal desde 1912.

La brillante actuación de Keynes como inversor bursátil está demostrada por la información pública del fondo que administró en nombre del King's College de Cambridge.

Desde 1928 a 1945, a pesar de recibir un gran golpe durante el Crack de Wall Street de 1929, el valor del fondo de Keynes mostró un considerable crecimiento anual promedio de 13,2%, comparado con un nivel general en el mercado del Reino Unido que se redujo en un promedio del 0,5% anual.


El enfoque generalmente adoptado por Keynes con sus inversiones lo resumió él mismo en:
1. Una selección cuidadosa de unas pocas inversiones considerando su bajo precio en relación a su valor intrínseco actual probable, y el potencial en un período dado de años, y en relación a otras inversiones disponibles en ese momento.
2. Una tenencia firme de estas relativamente grandes cantidades contra viento y marea, quizás por varios años, hasta que, o bien han satisfecho la expectativa que se tenía sobre ellas o sea evidente que su compra fue un error.
3. Una posición equilibrada de la inversión, es decir una variedad de riesgos a pesar de que las tenencias individuales sean grandes, y riesgos contrapuestos si es posible (por ejemplo, una tenencia de oro entre otras inversiones en acciones, ya que probablemente se moverán en direcciones opuestas cuando haya fluctuaciones generales.

Keynes argumentó que:
Es un error pensar que uno limita sus propios riesgos diversificando mucho entre empresas de las cuales uno sabe poco y no se tiene ninguna razón particular para confiar. (...) El conocimiento de uno y su experiencia son en definitiva limitados y raramente hay, en cualquier momento dado, más de dos o tres empresas en las cuales siento que puedo depositar una confianza completa.

Invertir es intolerablemente aburrido y demasiado exigente para cualquiera que esté exento del instinto apostador; mientras que quien lo tiene debe pagar a esta propensión el precio adecuado.

Ccompañías industriales bien manejadas, como regla, no distribuyen el total de sus beneficios a sus accionistas. En los buenos años, si no en todos los años, retienen parte de sus beneficios y los reinvierten en sus negocios. Por ende hay un elemento de interés compuesto operando en favor de una inversión industrial razonable.
Principales contribuciones al pensamiento económico

En su obra principal, Teoría general del empleo, el interés y el dinero, Keynes escribió sus opiniones en lo referente al empleo, teoría monetaria, y el ciclo de comercio, entre otros temas. Su obra dedicada al empleo se oponía a todo lo que los economistas clásicos habían enseñado. Keynes decía que la causa real del desempleo era el insuficiente gasto en inversión. Él creía que la cantidad de trabajo entregada es diferente cuando el decremento en los salarios reales (el producto marginal del trabajo) se debe al decremento del salario monetario, que en el caso cuando se debe a un incremento del nivel de precios, asumiendo que el salario monetario se mantenga constante.

Se puede sintetizar su aporte en el concepto de que cuando la demanda deviene transitoriamente más pequeña, ello puede tener como consecuencia, en determinados contextos institucionales, el que la oferta también sea contraída; con lo que resultaría un nuevo equilibrio del mercado, pero habiendo perdido el mercado mismo cierta magnitud entre ambos momentos.

En su teoría, el desencadenante de esos movimientos en la demanda y la oferta es el mercado de capital; la demanda de capital transitoriamente deviene menor, a partir de lo cual la oferta de capital le sigue mímicamente a la baja, en vez de mantenerse transitoriamente o aumentar transitoriamente.

Al resolverse ambos movimientos, el de la demanda de capital y el de la oferta de capital, ambos a la baja, el mercado como un todo vuelve a un nuevo equilibrio. Pero en éste, la cantidad de capital aplicado será menor que antes, por lo cual la nueva proporción resultante entre los demás factores de producción —trabajo y recursos— y el capital últimamente en el mercado, se alterará. Al reducirse o retenerse parte del capital o ahorro de antaño, una parte de los otros dos factores resultará excedente y no podrá más que quedar fuera del mercado; se realiza como un creciente stock involuntario de estos otros dos factores. Todo esto sucede en el contexto de cierta inflexibilidad en la información que se disemina y comunica, a partir de un marco institucional dado; que queda más o menos anacrónico o extemporáneo a los giros en el mercado de capital, que desencadenan luego el desempleo o la formación involuntaria de stocks de factores.

En su Teoría del dinero, Keynes dijo que los ahorros e inversión estaban determinados en forma independiente. La cantidad destinada a ahorro tenía poco que ver con las variaciones en las tasas de interés que a su vez tenían poco que ver con cuanto se destinaba a inversión. Keynes pensó que los cambios en la cantidad destinada a ahorro dependían en la predisposición para consumir que resultaba de cambios incrementales, marginales, al ingreso. Por tanto, la cantidad destinada a inversión estaba determinada por la relación entre la tasa esperada de retorno sobre la inversión y la tasa de interés.

Influencia de Keynes
Las teorías de Keynes fueron tan influyentes, aun al estar siendo disputadas, que todo un subcampo de la macroeconomía llamada economía Keynesiana al día de hoy continúa desarrollando y discutiendo sus teorías y las aplicaciones de estas. John Maynard Keynes se interesó en diversos campos de la cultura y fue una figura central del llamado grupo de Bloomsbury, conformado por prominentes artistas y escritores del Reino Unido. Sus ensayos autobiográficos Two Memoirs se publicaron en 1949.

6. ANTONIO GRAMSCI

Ø  Periodista, político, filosofo y teórico marxista Italiano ( 1891-1947)


Contexto Histórico,  económico, político y  social

1789- Declaración de Los Derechos del Hombre
1789-1799- Revolución Francesa
1870-1914- Revolución Industrial
1917- Revolución Rusa

Las nuevas circunstancias económicas y sociales preparan el nacimiento de nuevas ideologías y movimientos políticos.
·         Anarquismo: 1809-1865/
·         Socialismo utópico: 1815- 1848-/Owen, El conde de Saint Simons, Fourier
·         Socialismo científico: 1847 / Marx y Engels/ Manifiesto comunista
                                                                                Materialismo Histórico.

1913- Italia está en guerra con Turquía por la conquista de Libia.
·         Elecciones políticas en octubre- votan hasta los analfabetas, pero persiste la      
Corrupción y la intimidación electoral.
·         Gramsci se conmueve por la masiva participación campesina y que estos no se  benefician del voto, esto lo transformo en socialista.
·         Las condiciones de los campesinos y obreros Italianos: Los campesinos  son jornales no propietarios en su mayoría y los obreros viven en condiciones deplorables de toda Europa: jornadas largas, sin acceso a salud y vivienda, etc.

Trayectoria Política y  periodística de Gramsci
1914- Gramsci: Se adhiere al partido socialista de Turín
1916- Creación del  Semanario socialista: El grito del Pueblo, Avanti ¡/ Sección Bajo la Mole.
       - Difusión del teatro de Pirandello, Conferencias
1917- Se inicial grandes revueltas obreras- las cuales son reprendidas por los militares
         Causando muertos y heridos
       - Marzo:  El SAR  Ruso es derrocado.
       - Agosto:  Revuelta por el pan de Turín, muertos y heridos.
       - Noviembre: . Los bolcheviques llegan al poder en Rusia
       - Avanti ¡publica: La revolución contra el capital
1918- Ley marcial, el partido socialista es acusado de Instigación a la revolución.
       - El Grito del Pueblo cierra en Octubre.
1919- 1º. De mayo  Publicación de la Revista  cultural-socialista obrero: el  L´ordine Nuovo.
1921- MUSSOLINI. (ex - camarada de Gramsci en el partido socialista)
  • Con apoyo de  industriales y  terrateniente llega al Parlamento.
  • Es nombrado por el Presidente del consejo de ministros. (El Rey Víctor 
Manuel II sigue en el trono simbólicamente)
  • Pregona el estado fascista: nacionalista, militarista, anticomunista y
Antiliberal.
1943-  Funda la Republica social de Italia.
1945- Capturado por los partisanos (comunistas) cuando intentaba huir a Suiza. El 28 de
Abril fue  fusilado.

1925- 16 de mayo,  Primer  y único discurso de Gramsci en el Parlamento.
1926 - Mussolini sufre un atentado lo cual sirve de escusa para el arresto de los
Dirigentes socialistas.

Arresto y encarcelamiento de Gramsci.
  • Gramsci es arrestado el 8 de nov.1926 y condenado el 7 de Febrero de 1927.
  • ( En su juicio se dirían:  Debemos impedir que el cerebro de este hombre funcione en los siguientes 20 años¡¡ ¨
  • Pero no dejo de funcionar¡¡, Gramsci comenzaría a escribir Los Cuadernos de la cárcel el 8 de febrero de 1929.

Aprendizaje Político

  • Gramsci nacio en Cerdeña, una de las regiones mas pobres de Italia que, Como  suele ocurrir con las islas, ha mantenido una fuerte identidad cultural. Cerdeña tiene su propio idioma, historia y cultura, que se diferencia considerablemente de las de los ¨piamonteses¨ que administraron el reino de Cerdeña desde Turín, en la parte septentrional de la península. Gramsci fue a estudiar a la Universidad de Turín, pero tuvo que abandonar los estudios por falta de recursos y graves problemas de salud.  En aquella época Turín era el centro de la industrialización italiana y el foco de a primera organización de la clase obrera de Italia.  Gramsci empezó su aprendizaje político y educativo durante la Primera Guerra Mundial como periodista y critico de teatro, y por las tardes solía asistir a las reuniones del sindicato ¨Confederazione Generale del Lavoro¨ y del partido socialista. Después de la guerra incorporado plenamente al Turín ¨rojo¨  socialista, creo dos periódicos, Ordine Nuovo y Unita, con una función explicita: educar a la nueva clase obrera creada por la industria y la guerra.

Obras
Los 32 Cuadernos de cárcel, (Quaderni del cárcere)  de complejas 2.848 páginas, no fueron destinadas para ser publicadas, contienen reflexiones y apuntes elaborados durante su reclusión, iniciados el 8 de febrero de 1929, fueron definitivamente interrumpidas en agosto de 1935 a causa de la gravedad de su salud. Fueron enumerados, sin tener en cuenta su cronología, por su cuñada Tatiana Schucht que, junto con Piero Sraffa, logró sustraerlos de las inspecciones policíacas y entregarlas al banquero Raffaele Mattioli, secreto financiadora de las redacciones de Gramsci, el cual las confió en Moscú a Palmiro Togliatti y a los otros dirigentes comunistas italianos.
Después del final de la guerra los Cuadernos, revisados por Felice Platone, fueron publicados por la casa editora Einaudi – unidas a sus Cartas de cárcel remitidas a los familiares – en seis volúmenes, ordenados por argumentos homogéneos, con los títulos:
  • El materialismo Histórico y la filosofía de Benedetto Croce (1948)
  • Los intelectuales y la organización de la cultura (1949)
  • Il Risorgimento (1949)
  • Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno (1949)
  • Literatura y vida nacional (1950)
  • Pasado y Presente (1951)
En 1975 los Cuadernos fueron publicados con edición de Valentino Gerratana según el orden cronológico de su elaboración. Fueron recogidos en volumen también todos los artículos escritos por Gramsci en el Avanti!, en el Grido del popolo y en el Ordine nuovo.
En 2010, Ediciones Godot publicó Las maniobras del Vaticano, una recopilación de sus notas dedicadas exclusivamente a estudiar la relación entre Iglesia y Estado e Iglesia y Occidente, y su injerencia en la economía, la cultura y la política de la sociedad .

Concepto de Hegemonía/ bloque hegemónico

  • Hegemonía como nexo entre política y educación.

La hegemonía cultural  que las clases dominantes logran ejercer sobre las clases sometidas, a través del control del sistema educativo, de las instituciones religiosas y de los medios de comunicación.

A través de estos medios, las clases dominantes ¨educan¨ a los dominados para que estos vivan su sometimiento y la supremacía de las primeras como algo natural y conveniente, inhibiendo así su potencialidad revolucionaria. Así, por ejemplo, en nombre de la nación o de la patria, las clases dominantes generan en el pueblo el sentimiento de identidad con aquellas, de unión sagrada con los explotadores, en contra de un enemigo exterior y a favor de un supuesto destino nacional.  Se conforma así, un bloque hegemónico que amalgama a todas las clases sociales en torno a un proyecto burgués.

Gramsci utilizara el término ´hegemonía¨ para referirse a la cultura dominante, de esta forma, a muy grandes rasgos, puede describirse una segunda línea teórica dentro del marxismo, la cual no se centra ya en los determinantes económicos  como en la ideología misma, sus formas de expresión sus sistemas de significación y los mecanismos a través de los cuales la clase oprimida sobrevive en aparente conformidad, puesto que su conciencia se haya invadida y apta  para  la manipulación.

La noción de hegemonía en Marx y Lenin.
Gramsci se refiere pues, a la dictadura del proletariado. En Lenin encontramos en esencia la noción de hegemonía, aunque sin el uso de este término, en todas las paginas que dedica a la dictadura del proletariado, de hecho para Lenin está claro: La dictadura del proletariado es la dirección de un determinado grupo de alianzas. Sobre esto Lenin insiste mucho. Pero cuando Lenin habla de la dictadura del proletariado, no usa nunca el termino de hegemonía, utiliza el término clásico de Marx y se comprende también, porque: esta empeñado en una polémica directa, en una áspera lucha contra los reformistas, contra los social demócratas que niegan el concepto Marxista de Dictadura del proletariado. Por eso reafirma con todo vigor, no solo la teoría sino además el término clásico usado por Marx,

En la Ideología alemana Marx, afirma que ¨ Las ideas de la clase dominante son en todas las épocas, las ideas dominantes. Este postulado, si bien hay que aplicarlo actualmente a instituciones que en tiempos de Marx, tenían una existencia limitada, sería el punto de partida para un cuerpo teórico predictivo a respecto a los medios cuyo supuesto fundamental es la unidad de la ¨Elite¨ de la sociedad, así como una subordinación de los demás sectores sociales a los intereses de la clase dominante.

Los medios de Comunicación social, son una institución característica de la sociedad de clases, de acuerdo a estos enfoques la visión del mundo que estos transmitirán será acorde a los intereses y a la ideología de la clase dominante. De esta forma la tendencia ideológica será la de evitar que otras fuerzas puedan crecer y ganar legitimidad al tiempo que las audiencias recibirán aquello que deseen dentro de los límites marcados por lo que no pueda considerarse peligroso para que continúe el predominio de la clase dominante. Este particular punto de vista transforma al estudio de la comunicación de masas en un trabajo cuyo objeto central es descubrir los complicados mecanismos subyacentes a través de los cuales la sociedad capitalista controla la producción, la distribución, en consumo y la ideología sin la necesidad de recurrir al poder coactivo del estado.

Entre los enfoques marxistas tradicionales, se destacan:
·         La Teoría político-económica de los medios de comunicación
·         La teoría de la hegemonía de los medios de comunicación.
·         La escuela de Frankfurt

Teoría política-económica de los medios de comunicación-Murdock y Golding/1977

…las voces que sobreviven pertenecerán en buena medida a quines es menos probable que critiquen la distribución prevaleciente de la riqueza y del poder. Y al revés, quienes es mas probable que pongan en duda estas reparticiones no pueden hacer publica su desarrollo u opción porque no disponen de los recursos necesarios para comunicarse eficazmente con una gran audiencia.

Los intelectuales

Gramsci inicia su análisis con una pregunta: ¿ Los intelectuales, son un grupo social autónomo e independiente, o por el contrario cada grupo social tiene sus propias categorías especializadas de intelectuales?.

¨ El problema es complejo por las formas variadas que ha tomado hasta hoy y el proceso histórico real de formación de las diversas categorías intelectuales.
Las más importantes de esas formas son las dos siguientes:

1)      Cada grupo social, naciendo en el terreno originario de una función esencial de mundo de la producción económica, se crea conjunta y orgánicamente uno o mas rasgos de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de la propia función, no solo en el campo económico sino también en el social y en el político; el empresario capitalista crea consigo mismo al técnico industrial y al especialista en económica política, a los organizadores de una nueva cultura, de un nuevo derecho, etc. Se debe notar el hecho que el empresario representa una elaboración social superior, ya caracterizada por una cierta capacidad dirigente y técnica ( o sea intelectual): este no solo debe poseer una cierta capacidad técnica fuera de la espera circunscripta de su actividad y de su iniciativa propia, sino también en otras esferas, por lo menos en aquellas mas o menos ligadas con la actividad económica ( debe ser organizar de masas de hombres; un organizador de la confianza de los inversores de la empresa, de los compradores de sus mercancías, etc.). No todos los empresarios, pero por lo menos una elite de ellos debe tener una capacidad de organización de la sociedad en general, en todo su complejo organismo de servicios, hasta la misma organización estatal, dada la necesidad de crear las condiciones mas favorables para la expansión de la propia clase-como mínimo debe poseer la capacidad para seleccionar  ¨ los empleados  (empleados especializados) a los que pueda confiar la actividad  organizativa de las relaciones generales externas de la empresa. Se pueden observar intelectuales orgánicos que cada nueva clase crea consigo misma y forma en su desarrollo progresivo, son en general ¨especializadores¨  de aspectos parciales de la actividad primitiva del tipo social nuevo que la nueva clase ha dado a luz.  Se debe observar que la masa de los campesinos aunque cumple una función esencial en el mundo de la producción no genera intelectuales propios ¨organicos¨ y tampoco ¨asimila¨ ningún grupo de intelectuales tradicionales, a pesar de que otros grupos sociales extraen muchos  de sus intelectuales de la masa de campesinos y gran parte de los intelectuales tradicionales son de origen campesino.

2)      Pero cada grupo social ¨esencial¨ al surgir a la historia desde la estructura económica precedente y como expresión del desarrollo de esa estructura ha encontrado, por lo menos en la historia hasta ahora desenvuelta, categorías intelectuales preexistentes y que además aparecían como representando una continuidad histórica interrumpida, aun por los mas complicados cambios de las formas políticas y sociales (feudalismo- capitalismo). La más típica de estas categorías intelectuales es la de los eclesiásticos, por largo tiempo monopolizadores (durante toda una etapa histórica que en parte se caracteriza por este monopolio) de algunos servicios importantes: la ideología religiosa, es decir la filosofía y la ciencia de la época, la escuela, la instrucción, la moral, la justicia, la beneficencia. La asistencia, etc. La categoría de los eclesiásticos puede ser considera como la categoría intelectual orgánicamente ligada a la aristocracia terrateniente: jurídicamente estaba equiparada a la aristocracia con la que compartía el ejercicio de la propiedad feudal de la tierra y el uso de los privilegios estatales ligados a la propiedad. …toda la filosofía idealista se puede referir fácilmente a esta posición asumida por el complejo social de los intelectuales y define la expresión e esa utopia social según la cual los intelectuales se creen ¨independientes¨, autónomos, investidos de sus propios caracteres, etc.

Todos los intelectuales son los ¨empleados¨ del grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la hegemonía social y del gobierno político, a saber. 1) del ¨consenso¨ espontáneo que las grandes masas de la población dan a la dirección impuesta a la vida social por el grupo social dominante, consenso que históricamente nace del prestigio ( y por tanto de la confianza) detentada por el grupo dominante de su posición y de su posición en el mundo de la producción; 2) del aparato de coerción  estatal que asegura ¨legalmente¨ la  disciplina de aquellos grupos que no ¨concienten¨ ni activa ni pasivamente, pero esta preparado por toda la sociedad de previsión de los momentos de crisis en el comando y en la dirección, casos en que  el consejo espontáneo viene a menos.

Para Gramsci todos los hombres son intelectuales, considerando que no hay actividad humana de la cual se pueda excluir a toda intervención intelectual.

No se puede separar al homo Faber del homo sapiens, en cuanto, independientemente de su profesión especifica,  cada quien es a su modo, ¨un filosofo, un artista, un hombre de gusto, participa de una concepción del mundo, tiene una conciente línea moral pero no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales. Especialmente en conexión con los grupos sociales mas importantes y sufren elaboraciones mas extensas y complejas en conexión con el grupo social dominante¨.  Un grupo social que tiende a la hegemonía lucha, ¨por la asimilación y la conquista ideológica de los intelectuales tradicionales tanto más rápida y eficaz cuanto mas el grupo dado elabora simultáneamente los propios intelectuales orgánicos.

El intelectual tradicional es el literato, el filosofo, el artista y por eso,  nota Gramsci, ¨Los periodistas, que retienen ser literatos, filósofos, artistas retienen ser también los verdaderos intelectuales, mientras moderadamente es la formación técnica la que sirve para formar la base del nuevo tipo de intelectuales, un constructor, organizador, y persuador¨, que debe llegar  de  la técnica-trabajo a la técnica-ciencia y a la concepción humano-histórica, sin la cual permanece especialista y no se vuelve dirigente. El grupo social emergente, que lucha por conquistar la hegemonía política, tiende a conquistar la propia ideología intelectual tradicional mientras, al mismo tiempo, forma sus propios intelectuales orgánicos.

La organicidad del intelectual se mide con la mayor o menor conexión que mantiene con el grupo social al cual se refiere: Ellos operan, tanto en la sociedad-civil, el conjunto de los organismos privados en los cuales se debaten y se difunden las ideologías necesarias para la adquisición del consenso que aparentemente surge espontáneamente de las grandes masas de la población a las decisiones del grupo social dominante- que en la sociedad política o estado y en el gobierno jurídico.
Los intelectuales son algo así como ¨Los apostadores del grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la hegemonía social y del gobierno político.
Como el estado, en la sociedad política, tiende a unificar a los intelectuales tradicionales, con aquellos orgánicos, así en la sociedad-civil y el partido político, todavía mas completa y orgánicamente que el estado, Elabora los propios componentes, elementos de un grupo social nacido y desarrollado como económico hasta convertirlos en intelectuales políticos calificados, dirigentes, organizadores de todas las actividades y las funciones inherentes al desarrollo orgánico de una sociedad integral civil y política.

El mensaje central de Gramsci es que la organización e la cultura es ¨Organica¨ para el poder dominante. Los Intelectuales no pueden definirse como tales por el trabajo, sino por el papel que desempeñan en la sociedad; esta función es siempre, de modo mas o menos consciente, la de ¨liderar¨ técnica y políticamente un grupo, bien el grupo dominante o bien otro grupo que tienda a asumir una posición dominante.


Frases celebres de Gramsci:

ü  No se puede separar al homo Fabre del homo sapiens.

ü  Todos los hombres son intelectuales,  pero no todos tienen la función de intelectuales en la sociedad 

ü  El mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos. 

ü  Instrúyanse, porque tendremos necesidad de toda vuestra inteligencia. Agítense, porque tendremos necesidad de todo vuestro entusiasmo. Organícense, porque tendremos necesidad de toda vuestra fuerza

ü  La desdicha produce dos efectos: a menudo extingue todo afecto hacia los desdichados, y no menos a menudo extingue entre los desdichados todo afecto hacia los otros.

MAPA CONCEPTUAL DEL PROCESO HISTORICO Y  LA  FORMACION DE LOS INTELECTUALES


BLOQUE HEGEMONICO – PRODUCCION ECONOMICA
                                                                                                                  
               
INTELECTUALES        son :  CATEGORIAS ESENCIALES  para la           CONCIENCIA Y     
                                                                                                                                 HOMOGENEIDAD                                                                                               
                                                                                                                                                             
   ´ORGANICOS´                                        Grupos Sociales                                        En:   Economía
  EMPRESARIO CAPITALISTA                                                                                                                    Política
                                                                                                                                                                      Sociedad
                      
        Crea: Técnicos
                   Y especialistas                           Elite
                                                                                                      

Crea: Tecnicos y             Para la expiación de la clase dominante
           Especialistas                                                                                                
                                   

-          Capacidad organizadora de la sociedad en general
-          Organizadores de la nueva cultura y el derecho         
      Masas, Inversores de empresa y compradores
-          Dentro y Fuera de  empresa/todo lo relativo- economía                                       
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 
                 INTELECTUALES ECLESIASTICOS                                                                                                                                                         
                 Representación  histórica ininterrumpida-preexistente
                                                                                                     Ligada a la aristocracia terrateniente con Monopolio de:
·         Ideología religiosa/ filosofía y ciencia
·         La escuela, la instrucción, la moral,
·         La justicia, la beneficencia y la moral                                                      
                                                         
 

                 Definen una Utopía social de los intelectuales según la cual se creen        
                           Independientes y autónomo del grupo social dominante

·         El Papa y la alta jerarquía de la iglesia se creen más ligados a Cristo y a sus apóstoles.
·         Los Medicos: Categoria de los que luchan contra la muerte y la enfermedad: Hospitales: ¨Donde aparece el medico aparece el sacerdote (exorcismo, asistencia ante la muerte)
·         El especialista: Clerigo= Clerk
·         Laico: No especialista en el sentido profano.

7. MOHANDAS KARAMCHAND GANDHI
(2 de octubre de 1869-30 de enero de 1948-78 años)

Entre los grandes teóricos que modificaron la configuración política e ideológica del mundo en el siglo XX, figura este hombre de austeridad inflexible y absoluta modestia, que se quejaba del título de Mahatma ('Gran Alma') que le había dado, contra su voluntad, el poeta Rabindranath Tagore. En un país en que la política era sinónimo de corrupción, Gandhi introdujo la ética en ese dominio a través de la prédica y el ejemplo. Vivió en una pobreza sin paliativos, jamás concedió prebendas a sus familiares, y rechazó siempre el poder político, antes y después de la liberación de la India. Este rechazo convirtió al líder de la no-violencia en un caso único entre los revolucionarios de todos los tiempos.
Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de octubre de 1869 en un remoto lugar de la India, en la ciudad costera de Porbandar, del distrito de Gujarat. Éste era entonces un mosaico de minúsculos principados, cuyos gobernantes tenían un poder absoluto sobre la vida de sus súbditos. Su padre, Karamchand Gandhi, era el primer ministro de Porbandar y pertenecía a la casta de los banias, mercaderes de proverbial astucia y habilidad en el comercio. Su madre, llamada Putlibai, procedía de la secta de los pranamis, quienes mezclaban el hinduismo con las enseñanzas del Corán. Era una mujer profundamente religiosa y austera que dividía su tiempo entre el templo y el cuidado de los suyos, amén de practicar frecuentes ayunos. En la formación espiritual de Mohandas, que sentía un ilimitado amor por sus padres, además de la adoración a la diosa Visnú que profesaba la familia, concurrieron una serie de culturas y credos amalgamados: el hindú, el musulmán, el jain. Este último tuvo especial influencia en su filosofía: los jains practicaban la no-violencia no sólo con los animales y los seres humanos, sino incluso con las plantas, los microbios, el agua, el fuego y el viento.
En Londres vivió tres años, entre 1888 y 1891, mientras estudiaba, período en que se produjo uno de los hechos más determinantes de su vocación: el descubrimiento de Oriente a través de Occidente. En efecto, en la capital inglesa comenzó a frecuentar a los teósofos, quienes lo iniciaron en la lectura del primer clásico indio, el Bhagavad Gita, al que llegaría a considerar «el libro por excelencia para el conocimiento de la verdad». También allí entró en contacto con las enseñanzas de Cristo, y durante un tiempo se sintió tan atraído por la ética cristiana que dudó entre ésta y el hinduismo. De esa época son sus intentos de sintetizar los preceptos del budismo, el cristianismo, el islamismo y su religión natal, a través de lo que señaló como el principio unificador de todos ellos: la idea de renunciación.
Al volver a Porbandar encontró a su familia desintegrada: la madre había muerto poco antes y los Gandhi habían perdido toda influencia en la corte principesca. Como abogado no halló muchas perspectivas, ya que su primera actuación profesional terminó en un humillante fracaso, pues enmudeció al dirigirse al tribunal y no pudo continuar. Fue entonces cuando una factoría comercial musulmana le ofreció un contrato para atender un caso de la empresa en Durban, y Gandhi no dejó pasar la oportunidad. Se embarcó hacia Sudáfrica en 1893. En donde permaneció por 22 años dirigiendo la resistencia.
En el país de los antiguos colonos holandeses vivía una colonia hindú formada en su mayoría por trabajadores, a quienes los ingleses llamaban despectivamente sami. Carecían de todo derecho, se les despreciaba y discriminaba racialmente, como pudo comprobar en carne propia el joven abogado durante algunos de sus viajes en ferrocarril. Pero la situación era más grave aún de lo que parecía. Terminado su trabajo, Gandhi estaba a punto de regresar a la India cuando se enteró de la existencia de un proyecto de ley para retirar el derecho de sufragio a los hindúes. Decidió entonces aplazar la partida un mes para organizar la resistencia de sus compatriotas, y el mes se convirtió en veintidós años.
Durante esa larga etapa de su vida, su mayor preocupación fue la liberación de la comunidad india, y en ella fue dando forma a las armas de lucha que más tarde utilizaría e su país. En los primeros años, convencido de las buenas intenciones del colonialismo británico, abrió un bufete para defender a sus compatriotas ante los tribunales en Johannesburgo y se propuso articular un movimiento dedicado a la agitación por medios legales. Fundó el periódico "The Indian Opinion", para aglutinar a la comunidad india y, como instrumento de agitación legal, creó el Congreso Indio de Natal. Sus simpatías anglófilas le llevaron durante la guerra contra los bóers a organizar el Cuerpo Indio de Ambulancias, acción que mereció duras críticas por parte de los nacionalistas indios.
Gandhi llegó a la India en 1915 como un verdadero héroe, con la aureola de sus campañas en el extranjero. Las masas de Bombay le tributaron un caluroso recibimiento, el gobernador inglés acudió a saludarlo y el poeta Rabindranath Tagore le dio la bienvenida en su Universidad Libre de Santiniketan. A poco de llegar, en la ciudad de Ahmedabad fundó una comunidad casi monástica en la que estaban prohibidas las vestimentas extranjeras, las comidas con especias y la propiedad privada
En esos primeros años Gandhi abandonó toda agitación política a fin de apoyar los esfuerzos bélicos de Gran Bretaña en la Primera Guerra Mundial, llegando incluso al reclutamiento de soldados para el ejército inglés.
1919, cuando la aprobación de la Ley Rowlatt, que establecía la censura y señalaba duras penas para cualquier sospechoso de terrorismo o sedición, le abrió los ojos acerca de las verdaderas intenciones de los imperialistas ingleses en su país. Gandhi pasó entonces a encabezar la oposición a la ley.
Organizó una campaña de propaganda a nivel nacional mediante la no-violencia, que comenzó con una huelga general. Ésta pronto se extendió a todo el país y las protestas se sucedieron en las principales ciudades, donde se registraron algunos focos de violencia pese a la insistencia del líder en el carácter pacífico de las manifestaciones. Cuando acudía a Delhi a apaciguar la población, Gandhi fue detenido. Días después, el 13 de abril, el brigadier general Dyer ordenaba disparar a sus gurkas sobre la multitud reunida en el Jallianwala Bagh de la ciudad de Amritsar. La dominación inglesa había mostrado su verdadero rostro sanguinario y brutal: casi cuatrocientas personas fueron asesinadas y otras miles heridas. Pero las autoridades británicas se vieron obligadas a reconsiderar sus tácticas y la Ley Rowlatt jamás entró en vigor.
En los años siguientes a la masacre de Amritsar, Gandhi se convirtió en el líder nacionalista indiscutido, alcanzando la presidencia del Congreso Nacional Indio -partido fundado por Alan Octavius Hume en 1885-, que él supo convertir en un instrumento efectivo en pro de la independencia. De una agrupación de las clases medias urbanas, pasó a ser una organización de masas enraizada en los pueblos y en el campesinado. Se pusieron en marcha las grandes campañas de desobediencia civil, que iban desde la negativa masiva a pagar impuestos hasta el boicot a las autoridades. Miles de indios llenaron las cárceles y el mismo Gandhi fue detenido en marzo de 1922. Diez días más tarde comenzaba «el Gran Juicio», en que el Mahatma se declaró culpable y consideró la sentencia a seis años de prisión como un honor, con lo que la sesión terminó con una reverencia mutua entre juez y acusado.
ANEXOS DE INFORMACIÓN CONTEXTUAL REFERENTE A SUD AFRICA Y EL MOVIMIENTO IMPERIALISTA INGLES .
- El 6 de abril de 1652, Jan van Riebeeck estableció un puesto de avituallamiento en el cabo de Buena Esperanza para la compañía holandesa de las Indias Orientales. Durante los siglos XVII y XVIII la pequeña colonia se fue extendiendo lentamente, principalmente bajo la soberanía holandesa. Los colonos finalmente se toparon con los pueblos Xhosa en expansión en la región del río Fish.
-Para aliviar la escasez de trabajadores en el Cabo, se trajeron esclavos de Indonesia, Madagascar e India. Los descendientes de estos esclavos, que a menudo se casaron con colonos holandeses, fueron luego clasificados junto con los descendientes de los san como mestizos del cabo y malayos del Cabo, constituyendo casi la mitad de la población de la provincia del Cabo Occidental.
-Gran Bretaña ocupó el área del cabo de Buena Esperanza en 1797 durante la cuarta guerra anglo-holandesa. Los holandeses declararon la bancarrota, y los británicos se anexionaron la Colonia del Cabo en enero de 1806.
-Debido a la presión de las sociedades abolicionistas de Gran Bretaña, el parlamento británico primero paró su comercio de esclavos en 1806, para posteriormente abolir definitivamente la esclavitud en todas sus colonias en 1833.
--Los descubrimientos de diamantes en 1867 y el oro en 1886 animaron el crecimiento de la economía y la inmigración, intensificando la subyugación de los nativos.
--Los Bóers resistieron con éxito el asedio de los británicos en la primera guerra bóer (1880-1881)
-Durante la segunda guerra Bóer (1899-1902)
- Sus simpatías anglófilas le llevaron durante la guerra contra los bóers a organizar el Cuerpo Indio de Ambulancias, acción que mereció duras críticas por parte de los nacionalistas indios.
- Los Bóers se resistieron con fiereza, pero los británicos finalmente derrotaron a las fuerzas Bóers, usando su superioridad numérica y el abastecimiento externo de equipamiento, además de la controvertida táctica de tierra quemada. El tratado de Vereeniging declaraba la soberanía británica sobre la totalidad de las repúblicas sudafricanas, y el gobierno británico acordó asumir la deuda de 3 millones de libras de los gobiernos Afrikáner.[cita requerida] Una de las principales disposiciones del tratado era que a los negros no se les permitiría votar, salvo en la Colonia del Cabo.

8. Mao Zedong
(Shaoshan, Hunan, 26 de diciembre de 1893  Pekín, 9 de septiembre de 1976)
El pensamiento y el aporte de Mao, en cuanto a ideas políticas, se fundamentan y parte directamente de la práctica histórica del pueblo chino.
Es el surgimiento del capitalismo (como forma de explotación de un humano sobre otro) en China le que trae consigo el nacimiento del proletariado (sin embargo no podemos obviar que la aplastante mayoría de la población era campesina) y con él, las ideas del proletariado.
l pensamiento de Mao responde a los intereses de esta nueva clase social.
Recoge todo el legado teórico de este pueblo y a la vez se basa en el materialismo dialectico e histórico como un fundamento filosófico granítico, y el marxismo leninismo como teoría política.
La teoría de Mao constituye una nueva y  más elevada etapa en el desarrollo del Marxismo.
Es el arma invencible que le permite al proletariado comprender el mundo y transformarlo mediante la revolución. El marxismo-leninismo-maoísmo es una ideología universalmente aplicable, viva y científica, en constante desarrollo y enriquecida más ampliamente mediante su aplicación en hacer la revolución así como mediante el avance del conocimiento humano en general. El marxismo-leninismo-maoísmo es el enemigo de todas las formas de revisionismo y dogmatismo.

En política, mao, desarrollo los siguientes puntos:

Mao Tsetung desarrolló el marxismo-leninismo a una nueva y superior etapa en el curso de sus muchas décadas de dirigir la Revolución China, la lucha mundial contra el moderno revisionismo y, lo más importante, al proporcionar en teoría y práctica el método de continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado para impedir la restauración del capitalismo y continuar el avance hacia el comunismo. Mao Tsetung desarrolló de forma considerable todas las tres partes componentes del marxismo: la filosofía, la economía política y el socialismo científico.


Mao dijo, "el Poder nace del fusil". Mao Tsetung desarrolló comprehensivamente la ciencia militar del proletariado mediante su teoría y práctica de la Guerra Popular. Mao enseñó que la gente y no las armas son lo decisivo al librar la guerra. Señaló que cada clase tiene sus propias formas específicas de guerra, con su carácter, objetivos y medios específicos. Observó que toda la lógica militar puede ser reducida al principio "ustedes combaten a su manera, nosotros a la nuestra", y que el proletariado debe forjar estrategia militar y tácticas que puedan poner en juego sus ventajas particulares, desencadenando la iniciativa y el entusiasmo de las masas revolucionarias y confiando en ellas.

Mao estableció que la política de conquistar bases de apoyo y establecer sistemáticamente el Poder político era clave para desencadenar a las masas y desarrollar el poder armado del pueblo y la expansión en oleadas de su Poder político. Insistió en la necesidad de dirigir a las masas en llevar a cabo transformaciones revolucionarias en las bases de apoyo y de desarrollarlas política, económica y culturalmente al servicio del avance de la guerra revolucionaria.

Mao enseñó que el Partido debe controlar al fusil y que nunca debe permitir que el fusil controle al Partido. El Partido debe construirse como un medio capaz de iniciar y dirigir la guerra revolucionaria. Enfatizó que la tarea central de la revolución es la toma del Poder político mediante la violencia revolucionaria. La teoría de Mao de la Guerra Popular es universalmente aplicable en todos los países, aunque ésta debe aplicarse a las condiciones concretas de cada país y, en particular, tener en cuenta los caminos revolucionarios en los dos tipos generales de países - países imperialistas y países oprimidos - que existen hoy en el mundo.

Mao solucionó el problema de cómo hacer la revolución en un país dominado por el imperialismo. El sendero básico que trazó para la revolución en China representa una inestimable contribución a la teoría y práctica de la revolución y es la guía para lograr la liberación en los países oprimidos por el imperialismo. Esto quiere decir Guerra Popular prolongada, rodear las ciudades desde el campo, siendo la lucha armada la forma principal de lucha y el ejército dirigido por el Partido la forma principal de organización de las masas, movilizar al campesinado, principalmente los campesinos pobres, llevando a cabo la revolución agraria; construir un frente unido bajo el liderato del Partido Comunista para llevar a cabo la Revolución de Nueva Democracia contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático y establecer la dictadura conjunta de las clases revolucionarias dirigidas por el proletariado como el preludio necesario a la revolución socialista que debe seguir inmediatamente a la victoria de la primera etapa de la revolución. Mao planteó la tesis de que las "tres armas mágicas" - el Partido, el Ejército y el Frente Unido - constituyen los instrumentos indispensables para hacer la revolución en todos los países según sus condiciones específicas y el camino específico para la revolución.
Mao Tsetung desarrolló más ampliamente la concepción de que "el pueblo, y sólo el pueblo, es la fuerza motriz que hace la historia mundial". Desarrolló la concepción de la línea de masas "recoger las ideas (dispersas y no sistemáticas) de las masas y resumirlas (transformarlas en ideas sintetizadas y sistematizadas mediante el estudio) para luego llevarlas a las masas, propagarlas y explicarlas, de modo que las masas se apropien de ellas, perseveren en ellas y las traduzcan en acción; al mismo tiempo, comprobar en la acción la justeza de sus ideas". Mao resaltó la profunda verdad de que la materia puede ser transformada en conciencia y la conciencia en materia, desarrollando más ampliamente la concepción del papel dinámico consciente del hombre en todos los campos del esfuerzo humano.


Mao Tsetung dirigió la lucha internacional contra el revisionismo moderno dirigido por los revisionistas jruschovistas. Defendió la línea ideológica y política comunista contra los revisionistas modernos y llamó a los auténticos revolucionarios proletarios a romper con ellos y forjar partidos basados en los principios marxista-leninista-maoístas.
Mao emprendió un penetrante análisis de las lecciones de la restauración del capitalismo en la URSS y de las deficiencias así como de los logros positivos de la construcción del socialismo en ese país. Si bien Mao defendió las grandes contribuciones de Stalin, también sintetizó los errores de Stalin. Sintetizó la experiencia de la revolución socialista en China y la reiterada lucha de dos líneas contra el cuartel general revisionista dentro del Partido Comunista de China. Aplicó magistralmente la dialéctica materialista al análisis de las contradicciones de la sociedad socialista.

Mao enseñó que el Partido debe jugar el papel de vanguardia - antes, durante y después de la toma del Poder - en dirigir al proletariado en la lucha histórica por el comunismo. Desarrolló la concepción de cómo preservar el carácter revolucionario proletario del Partido por medio de librar una activa lucha ideológica contra las influencias burguesas y pequeño burguesas en sus filas, el remoldeamiento ideológico de los miembros del Partido, la crítica y la autocrítica y librando la lucha de dos líneas contra las líneas oportunista y revisionista en el Partido. Mao enseñó que una vez el proletariado toma el Poder y el Partido se convierte en la principal fuerza dentro del Estado socialista, la contradicción entre el Partido y las masas se convierte en expresión concentrada de las contradicciones que caracterizan a la sociedad socialista como una sociedad de transición entre el capitalismo y el comunismo.

Mao Tsetung desarrolló la concepción proletaria de la economía política, del papel contradictorio y dinámico de la producción misma y de su interrelación con la superestructura política e ideológica de la sociedad. Mao enseñó que el sistema de propiedad es decisivo en las relaciones de producción pero que, bajo el socialismo, debe prestarse atención a que la propiedad pública es socialista en contenido así como en forma. Resaltó la interacción entre el sistema de propiedad socialista y los otros dos aspectos de las relaciones de producción, las relaciones entre las personas en la producción y el sistema de distribución. Mao desarrolló la tesis leninista de que la política es la expresión concentrada de la economía, mostrando que bajo la sociedad socialista lo correcto de la línea ideológica y política determina si el proletariado realmente posee los medios de producción. A la inversa, señaló que el ascenso del revisionismo significa el ascenso de la burguesía, que dado el carácter contradictorio de la base económica socialista sería fácil para los seguidores del camino capitalista erigir el sistema capitalista si llegan al Poder.

Criticó profundamente la teoría revisionista de las fuerzas productivas y concluyó que la superestructura, la conciencia, puede transformar la base y con el Poder político desarrollar las fuerzas productivas. Todo esto tomó expresión en la consigna de Mao, "Empeñarse en la revolución, promover la producción".

Mao Tsetung inició y dirigió la Gran Revolución Cultural Proletaria que representó un gran salto adelante en la experiencia de ejercer la dictadura del proletariado. Centenares de millones de personas se levantaron para derrocar a los seguidores del camino capitalista que habían surgido desde dentro de la sociedad socialista y que estaban especialmente concentrados en el liderato mismo del Partido (tales como Liu Shao-chi, Lin Piao y Deng Xiaoping). Mao dirigió al proletariado y a las masas en cuestionar a los seguidores del camino capitalista e imponer los intereses, punto de vista y voluntad de la gran mayoría en todas las esferas que, incluso en la sociedad socialista, habían seguido siendo el coto privado de las clases explotadoras y su forma de pensamiento.

Las grandes victorias logradas en la Revolución Cultural impidieron la restauración capitalista en China durante una década y llevaron a grandes transformaciones socialistas en la base económica, así como en la educación, la literatura y el arte, la investigación científica y otras partes de la superestructura. Bajo el liderato de Mao las masas estudiaron profundamente el terreno que engendra el capitalismo - como el derecho burgués y las tres grandes diferencias entre ciudad y campo, entre obreros y campesinos, y entre trabajo intelectual y trabajo manual.
En el curso de feroz lucha ideológica y política, millones de obreros y otras masas revolucionarias profundizaron de manera significativa su conciencia de clase y dominaron el marxismo-leninismo-maoísmo y fortalecieron su capacidad para ejercer el Poder político. La Revolución Cultural se libró como parte de la lucha internacional del proletariado y fue un campo de entrenamiento en el internacionalismo proletario.

Mao comprendió la relación dialéctica entre la necesidad de liderato revolucionario y la necesidad de levantar a las masas revolucionarias desde abajo y confiar en ellas para implantar la dictadura del proletariado. De esta forma, el fortalecimiento de la dictadura del proletariado fue también el más extenso y profundo ejercicio en democracia proletaria logrado hasta hoy en el mundo, y surgieron heroicos líderes revolucionarios tales como Chiang Ching y Chang Chun-chiao quienes se mantuvieron del lado de las masas y las dirigieron en la batalla contra los revisionistas y continuaron enarbolando la bandera del marxismo-leninismo-maoísmo ante la amarga derrota.

Lenin dijo, "Sólo es marxista quien extiende el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado". A la luz de las invaluables lecciones y avances logrados mediante la Gran Revolución Cultural Proletaria dirigida por Mao Tsetung, esta línea divisoria ha sido mejor demarcada. Ahora puede plantarse que sólo es marxista quien extiende el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado y al reconocimiento de la existencia objetiva de las clases, de contradicciones antagónicas de clase, de la burguesía en el Partido y de la continuación de la lucha de clases bajo la dictadura del proletariado durante todo el período del socialismo hasta el comunismo. Como tan profundamente lo planteó Mao, "La falta de claridad al respecto, conducirá al revisionismo".

La restauración capitalista luego del golpe de Estado contrarrevolucionario dirigido por Hua Kuo-feng y Deng Xiaoping en 1976, de ninguna manera niega el maoísmo ni los históricos logros y las tremendas lecciones de la Gran Revolución Cultural Proletaria; por el contrario esta derrota confirma las tesis de Mao sobre el carácter de la sociedad socialista y la necesidad de continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado.

Claramente, la Gran Revolución Cultural Proletaria representa una epopeya histórico- mundial de la revolución, una victoriosa cumbre para los comunistas y revolucionarios del mundo, un logro imperecedero. Aunque tenemos todo un proceso por delante, esa revolución nos dejó grandes lecciones que ya estamos aplicando, como, por ejemplo, el punto de que la transformación ideológica es fundamental para que nuestra clase tome el Poder.

Marxismo-leninismo-maoísmo: El Tercer Gran Hito
En el curso de la revolución china Mao había desarrollado el marxismo?leninismo en muchos campos importantes. Pero fue en el crisol de la Gran Revolución Cultural Proletaria que nuestra ideología dio un salto y emergió por completo el tercer gran hito, el marxismo-leninismo-maoísmo. Desde el plano superior del marxismo-leninismo-maoísmo los comunistas revolucionarios podrán comprender aún más profundamente las enseñanzas de los anteriores grandes líderes e incluso las primeras contribuciones de Mao Tsetung adquirirán un más profundo significado. Hoy, sin maoísmo no puede haber marxismo-leninismo. En realidad, negar el maoísmo es negar el marxismo-leninismo mismo.

Cada gran hito en el desarrollo de la ideología revolucionaria del proletariado ha encontrado encarnizada resistencia y sólo ha logrado reconocimiento mediante intensa lucha y mediante su aplicación en la práctica revolucionaria. Hoy el Movimiento Revolucionario Internacionalista declara que el marxismo-leninismo-maoísmo debe ser mando y guía de la revolución mundial.
Centenares de millones de proletarios y masas oprimidas del mundo están cada vez más empujadas a la lucha contra el sistema mundial imperialista y toda reacción. En el campo de batalla contra el enemigo ellos buscan su propia bandera. Los comunistas revolucionarios debemos enarbolar nuestra ideología universal y difundirla entre las masas para desencadenarlas más y organizar sus fuerzas, para tomar el Poder por medio de la violencia revolucionaria. Para lograr esto, deben formarse partidos marxista-leninista-maoístas, unidos en el Movimiento Revolucionario Internacionalista, donde no existan y los existentes deben fortalecerse con el fin de preparar, lanzar y llevar a la victoria la Guerra Popular para tomar el Poder para el proletariado y el pueblo oprimido. Debemos enarbolar, defender y, lo más importante, aplicar el marxismo-leninismo-maoísmo.

Debemos acelerar nuestra lucha por la formación de una Internacional Comunista de nuevo tipo, basada en el marxismo-leninismo-maoísmo. La revolución proletaria mundial no puede avanzar hasta la victoria sin forjar tal arma porque, como enseñó Mao Tsetung, habremos de llegar todos en la tierra o nadie entra al comunismo.

Mao dijo, "El marxismo consiste de miles de verdades, pero en últimas todas se reducen a una: es justo rebelarse". El Movimiento Revolucionario Internacionalista toma la rebelión de las masas como su punto de partida, y llama al proletariado y a los revolucionarios de todo el mundo a asumir el marxismo-leninismo-maoísmo. Esta ideología liberadora y partisana tiene que ser llevada al proletariado y a todos los oprimidos porque sólo ésta puede permitir que la rebelión de las masas arrase miles de años de explotación de clases y dar a luz el nuevo mundo del comunismo.

Hoy Viernes 11 de noviembre se cumplen 22 años de la heroica ofensiva “hasta el tope”, y los estudiantes de filosofía recordamos y rendimos homenaje a todos los héroes y heroínas que sacrificaron sus vidas en el combate contra las fuerzas reaccionarias, en el momento en el que el proletariado salvadoreño alcanzo la etapa del equilibrio estratégico.
A la vez, condenamos a la cúpula del FMLN, que vendió el proyecto armado desde antes de la ofensiva a cambio de unos curules en la asamblea legislativa, condenamos a los mercenarios de guerra que ahora se están lucrando sin pensar en toda la sangre que se derramo para conseguir estos puestos.
La guerra de las clases sociales continua, pero nos encontramos desde 1992, formalmente, desarmados y desorganizados en esta etapa donde la burguesía de los diferentes países imperialistas  se reparte el mundo de nuevo.

¡Convirtamos la dispersión en reagrupamiento!

“Todas las ideas, sin excepción, tienen su sello de clase”
Mao Tse Tung, Sobre la practica



9. Robert Nozick
Nació, en Nueva York, 16 de noviembre de 1938 y fallece, el 22 de enero de 2002; Filósofo y profesor de la Universidad Harvard. Enseñó en Columbia, Oxford y Princeton, fue un prominente filósofo político norteamericano en los '70 y '80. Su Anarquía, Estado y Utopía (1974) fue una respuesta liberal-libertaria a la Teoría de la Justicia de John Rawls, publicado en 1971.
En la Universidad de Princeton, a principios de 1960, Nozick fue, como tantos otros intelectuales de su época, atraído inicialmente por las políticas socialistas de la New Left (Nueva Izquierda), pero el encuentro con las obras de defensores del capitalismo como Hayek, von Mises, Rothbard o Rand, le llevó, en lo ideológico, a renunciar al pensamiento de izquierdas. En cuanto a la epistemología, abandonó los asuntos técnicos que dominaban entonces la filosofía analítica en favor de la teoría política.

Nozick consiguió que la filosofía política libertaria fuese respetada entre los académicos, con la publicación en 1974 de su  Anarquía, estado y utopía. Esta obra es una respuesta a Teoría de la justicia de John Rawls, publicada en 1971. Él parte de una de las principales conclusiones de Rawls, según la cual las desigualdades se justifican moralmente mediante la consecución de que los más desfavorecidos alcancen su mejor situación posible. Para Nozick, la distribución de bienes será positiva solo cuando se base en el consentimiento de cada individuo, incluso en caso de desigualdad (aunque esto parece una versión amable de “la ley del más fuerte”). Para articular este argumento, apela a la idea kantiana de que las personas no deben ser tratadas de forma instrumental, sino como un fin en sí mismas. Sin embargo, la redistribución forzosa ve al individuo como una fuente de ingresos.

Frases…
Gravar con impuestos los beneficios del trabajo equivale al trabajo forzado.
La redistribución es injusta porque las personas son dueñas de sí mismas, y por ende, dueñas de lo que producen.
El problema con la regulación gubernamental del mercado es que prohíbe actos capitalistas entre adultos consintientes.

Teorías…
La teoría de la titulación: influida por John Locke, Immanuel Kant y Friedrich Hayek, la cual concibe a los seres humanos como fines en sí mismos y justifica la redistribución de bienes únicamente en condiciones de consentimiento, es un aspecto clave de Anarquía, estado y utopía.
Según algunos críticos, esta es una defensa del pensamiento libertario en contra de posturas más radicales, tales como el anarco - capitalismo, en el cual no existe el Estado y los individuos deben contratar con compañías privadas para obtener la totalidad de los servicios sociales (seguridad, vivienda, etc.). Nozick argumenta que el anarco - capitalismo se transformaría inevitablemente en un Estado minarquista (estado ultra mínimo, estado mínimo), aun sin violar ninguno de sus propios principios de no-agresión, por medio del surgimiento eventual de una y única defensa privada localmente dominante y una agencia judicial cuya alineación está en el interés de todos, ya que otras agencias carecen de la capacidad de competir efectivamente contra las ventajas de la agencia con la mayor cobertura. Por lo tanto, aun en la medida en que la teoría del anarco - capitalismo es correcta, resulta en un sistema inestable que no perduraría en el mundo real.

El anarco - capitalismo (conocido también como anarquismo de mercado, anarquismo libertario o anarquismo de propiedad privada) es una filosofía política libertaria y anarquista individualista que promueve la eliminación del Estado y la soberanía del individuo, por medio de un sistema de propiedad privada y mercado libre. En lo económico, respalda el libre mercado, en el sentido de libre de interferencia estatal, como la forma justa y efectiva de organizar todos los servicios. En lo jurídico, promueve el contrato voluntario bajo el sistema de la ley policéntrica como el mecanismo universal para resolver los conflictos, mediante jurisdicciones de justicia y protección competitivas entre sí.

La teoría de la intitulación: está basada en las ideas de John Locke. Conforme a la teoría de Robert Nozick, la gente es representada como un fin en sí mismos e iguales entre sí, tal como Kant lo señaló, aunque la gente diferente pueda poseer, cantidades diferentes de propiedad. Las ideas de Nozick crean un fuerte sistema de propiedad privada y una economía de libre mercado. La única transacción justa es la que se hace voluntariamente. Así, los impuestos sobre los ricos para apoyar programas sociales en beneficios del pobre son injustos, porque el estado adquiere el dinero por la fuerza en vez de por una transacción voluntaria

Teoría del título posesorio: El autor desarrolla en este trabajo una reflexión de índole filosófica sobre los mecanismos a través de los cuales se deberían asignar los bienes en una sociedad justa. Se distinguen tres principios claves: a) de adquisición u ocupación original, b) de transferencia y c) de rectificación. Como base de sustentación de los títulos que dan derecho a una persona a poseer algo como su propiedad privada. Nozick confronta esa legitimidad posesoria histórica con los criterios más usuales de justicia distributiva que intentan rectificar la distribución de la propiedad en una sociedad dada, en función de criterios sustantivos o modelos.